Por Rodrigo Miranda Flores
Los charales o boquerones capeados empezaron a ofrecerse como una botana de bienvenida y hoy se ha colocado como un platillo característico de San Luis Mextepec, un “puerto” sin mar pero con mucho sabor ubicado en el Estado de México.
A muchos kilómetros del mar, San Luis Mextepec, una comunidad ubicada a 10 minutos de Toluca, se ha convertido en todo un puerto debido a la gran variedad de pescados y mariscos que vende. Además del pescado fresco, las marisquerías han dado un toque gastronómico inigualable a esta población que pertenece al municipio de Zinacantepec.
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Lejos de los tradicionales cocteles de camarón, sopa de mariscos, filetes y las empanadas que ya llevan un toque especial, se buscó un platillo emblema,que los caracterizara. Así se llegó a los charales capeados.
Surgieron primero como entrada para dar la bienvenida a los comensales, pero poco a poco se ganó su lugar en las cartas de los restaurantes. Hoy, los charales o boquerones, son uno de los platillos más solicitados en San Luis Mextepec y cuyo costo está al alcance de todos los bolsillos.
La diferencia entre charales
El señor Eloy González, pescadero y marisquero de años en esta población, platicó que en un principio el charal o pescado enano era traído del Lago de Pátzcuaro, Michoacán.
Sin embargo, años después voltearon a ver la Laguna de Villa Victoria y desde siete años a la fecha, el charal es traído de este cuerpo de agua mexiquense, localizado a una hora de esta población.
“La diferencia del charal de Pátzcuaro al de Villa Victoria es que el primero es un poco más huesudo y el segundo más fino que al ser bañado en aceite, desaparece cualquier sensación al paladar”, comentó.
El secreto del platillo, aseguró, se encuentra en la capeada pues cada restaurante le da su toque especial y es ahí dónde se distingue.
El plato de charales capeados que está conformado por alrededor de 200 gramos de sabor, tiene un costo de entre 40 y 45 pesos.
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