¿Quién dijo que la cocina siempre debe ser caliente? En pleno verano, no hay nada más reconfortante que un plato frío que nos refresque y deleite. Exploramos tres recetas perfectas para estos: la ensalada de melón y zanahoria, el ceviche mitotero y el estofado frío de salmón con mango. Un festín que te hará olvidarte del calor y te invitará a disfrutar de sabores frescos.
Ensalada de melón y zanahoria
Se trata de un plato donde el dulzor del melón se combina con la frescura crujiente de la zanahoria rallada, todo envuelto en una crema suave con un toque de miel de abeja y nuez picada. Esta ensalada es la definición misma de frescura. Las hojas de menta no solo añaden un toque de color, sino que también aportan un aroma refrescante. Ideal como entrada o acompañamiento, esta ensalada es perfecta para cualquier ocasión.
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Ceviche mitotero
Homenaje a los sabores del mar y a la tradición sinaloense. Con una mezcla de camarón cocido, camarón crudo, callo de hacha y pulpo, este platillo es digno de los paladares exigentes. El secreto, como lo señala Taniyama, un experto en mariscos sinaloense, está en servirlo bien frío, casi helado, para resaltar los sabores y la textura de los mariscos. Acompañado de cebolla morada, jitomate, pepino y cilantro, y aderezado con jugo de limón, sal, pimienta y un toque de salsa de soya y picante, es un plato que refresca el cuerpo.
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El estofado frío de salmón con mango
Es una propuesta elegante y sofisticada que combina ingredientes que te encantan. El salmón y el mango Ataúlfo se unen en un encurtido con jugo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta, creando un contraste delicioso entre el sabor umami del salmón y la dulzura del mango. Este platillo se sirve con una presentación impecable, adornado con láminas de pepino, cebolla morada, rábano, chile habanero verde y aceitunas negras, y coronado con hojas de lechuga frisée y kale. Un chorrito de aceite de chile añade un toque de picante que realza todos los sabores.