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Los alimentos afrodisíacos que consumían en México prehispánico

Conoce los antecedentes e ingredientes tan comunes que les daban un impulso; algunos todavía se usan

Las culturas prehispánicas siempre han sido conocidas por tener saberes ancestrales que definieron la forma en que vivían en sus comunidades.

Pero todo podía partir desde el concepto de sexualidad de los pueblos originarios, “el cual era muy distinto al de Europa, pues los segundos tenía una visión moral y religiosa sobre el tema, mientras en las culturas mesoamericanas el sexo era un elemento de orden social”, esto se lee en el número 104 de la revista Arqueología Mexicana, que reunió varios ensayos en la edición La sexualidad en Mesoamérica.

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En ellos se ejemplifica que existían rituales que pertenecían a los ciclos calendáricos, los cuales atravesaban tiempos proclives a la actividad sexual o contrarios a ella, que a su vez influyeron sobre ritos que exigían la realización de actividades eróticas, así como momentos de rigurosa abstinencia sexual y de autosacrificios. 

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“Entre los rituales de tipo sexual pueden señalarse danzas eróticas entre guerreros, sacerdotisas, prostitutas y parteras, o la unión sexual ritual entre hombres y mujeres que personificaban a los dioses, dando lugar, en ocasiones, al nacimiento ritual de otra deidad” dice en el texto de Alfredo López Austin titulado La sexualidad en la tradición mesoamericana.

Por otro lado, según Christian Rätsch, autor del libro Las Plantas del Amor, los habitantes del México prehispánico, utilizaban muchas plantas psicodélicas como afrodisíacos en sus ceremonias religiosas de fertilidad y éxtasis sexual, como se ve en el códice Borbónico, lámina 30, con la danza huasteca ochpaniztli, donde los bailarines cargan inmensos falos de madera. 

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Comenta que muchas de sus tradiciones no sólo tenían fines amorosos, sino que también servían para contactar al mundo espiritual, el pasado y futuro, y aliviaba el dolor de parto, e incluso los aztecas lo usaban en lavados vaginales y rectales para problemas genitales.

Rätsch escribe que para los mexicas, en su vida diaria, hombres y dioses necesitaban plantas para impulsar el acto marital, pero se debía evitar que las fuerzas oscuras actuaran contra los humanos.

“Muchos afrodisíacos de la fauna parecen no tener ningún efecto farmacológico comprobable, pero son muy apreciados y altamente elogiados en muchos países. Por ejemplo, desde tiempos precolombinos el colibrí, bebedor de néctar, ha sido símbolo de coito gozoso”, comenta el antropólogo.

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Los mayas comían la deliciosa carne cruda del caracol Strombus gigas. Pero el afrodisiaco más temido, la mosca española (Lytta versicatoria), cuya dosis mortal de cantárida ha tenido amplias referencias forenses y que se encuentra prohibida en algunas naciones occidentales, todavía se puede conseguir en países como el nuestro y en Marruecos.

Estos alimentos no solo formaban parte de la dieta cotidiana, sino que también tenían un significado cultural y simbólico profundo, relacionado con la fertilidad, la vitalidad y el placer en las sociedades prehispánicas de México.

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Es así como Rätsch enumera gran parte de los ingredientes que eran utilizados por los antiguos para mejorar en estos aspectos del erotismo y amor.

Los alimentos afrodisíacos que consumían en México prehispánico

Peyote

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Rico en mezcalina, es un ejemplo de cactácea con efectos psicoactivos, que para los huicholes, representado en el ciervo y combinado con su escroto, funciona como un confiable potenciador.

Ololiuqui 

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Al  igual que  el Toloache,  se ha asociado con brujerías y nes amorosos, desde la época prehispánica. Del mismo modo que los hongos  sagrados (como el peyote),  el Ololiuhqui sigue aplicándose  en las  sociedades  indígenas mesoamericanas  durante sus rituales ceremoniales. Tiene compuestos similares al LSD que provocaba trances chamánicos, la euforia y la excitación, pero con un alto precio, las sobredosis inducen  abortos espontáneos, trastornos hepáticos, emocionales y psicológicos.

Toloache o datura

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Cuando una persona enamorada deja de pensar por sí  misma  y pierde  el  juicio propio, siempre decimos ¡“Te dieron Toluache”!  Lejos de la verdad, el Toloache o mejor conocida como la Planta del Diablo (Datura innoxia), es una de las plantas más usadas para atraer  el amor  y hoy en  día es posible conseguirla  con relativa  facilidad en los mercados del centro de la Ciudad de México. Sin embargo, es  una de  las plantas más tóxicas conocidas debido al tipo de alcaloides que contiene y dependiendo  de la  dosis, los efectos pueden ser curativos y afrodisíacos, llegando a producir visiones chamánicas.

Cardo santo

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La argemone mexicana era un remedio curativo efectivo para los médicos indígenas antiguos. Mayas y aztecas lo recomendaban como analgésico y sus hojas secas se fumaban como afrodisiaco. 

Ikuli y bejuco

Los tarahumaras la usaron el ikuli (Epithelantha micromeris)y el bejuco (Cacalia cordifolia) en una bebida para este fin.

Cola de caballo

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El Equisetum myriochaetum, cuyo pedicelo fresco se usa en té para enfermedades gastrointestinales, es preferido por los lacandones, pues la impresionante fuerza de la hierba se traspasa al miembro viril.

Flores de enredadera Solandra

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Fueron usadas para incrementar la estimulación sexual, aunque los aztecas la hervían con el cacao (aprovechando la feniletilamina) como una bebida amorosa, a riesgo de sobredosis. 

Damiana 

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Es un pequeño y aromático arbusto de florecitas amarillas y hojas vellosas que crece en las grandes cactáceas y mezquitas (los mayas también la llamaban Mizibcoc). Más que para generar energía sexual, la utilizaban para enfocar esta energía. Solían tomarla  como infusión. La damiana luego se convirtió en un ingrediente esencial de los brebajes afrodisíacos de hechiceros y alquimistas en Europa pues fue uno de los extractos en alcohol de los más efectivos.

Achiote

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Este árbol de la familia de las bixáceas produce un fruto cuyas semillas sueltan una sustancia roja (conocidas también con el nombre de achiote) que eran empleadas para teñir el cuerpo y la cara. Se le han atribuido virtudes afrodisíacas y por ello pintaban de rojo también a las deidades de la fecundidad.

Vainilla  

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Los cronistas se refieren a la vaina de la vainilla, y no a su flor, como un afrodisiaco. Por su delicioso olor y por despertar los sentidos era considerada como un detonador de lo sensual. Sobre todo para los aztecas, era considerado que al mejorar la circulación y provocar una sensación de euforia fungía como un excelente estimulante y vigorizador. Actualmente, se utilizan en todo el mundo como píldoras procesadas. 

Chile y pimientos

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El chile era un componente esencial en la dieta prehispánica. Además de su uso culinario, se creía que el chile, al mejorar la circulación y provocar una sensación de euforia, funcionaba como un excelente estimulante y vigorizador. Los pimientos elevan la temperatura corporal, lo que estimula el apetito sexual. También contienen capsaicina y hace que liberes endorfina, la hormona asociada al placer. Por ello es uno de los afrodisiacos más importantes.

Amaranto 

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El Amaranthus spp. era un alimento fundamental en la dieta prehispánica. Además de su valor nutricional, se le atribuían propiedades energéticas y vigorizantes, lo que lo hacía popular entre los guerreros para incrementar su fuerza y resistencia. Estas características podrían haber contribuido a su consideración como afrodisíaco

Aguacate

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Probablemente originario de Yucatán, se dice que su hueso y carne dan fuerza y despiertan el interés romántico. Fue usado como estimulante en las cortes aztecas y mayas. Su nombre en náhuatl, ahuacatl, de hecho, significa testículo. Es considerada una fruta muy energética por contener gran parte de la familia de las vitaminas, por lo tanto, un vigorizante sexual.

Brebajes 

Se consumían bebidas fermentadas a base de agave y también se usan preparados fermentados similares en sabor al tequila, añadiendo chile, sal, con flores y raíz de cáñamo. 

Mezcal y gusano de maguey

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En regiones de Oaxaca se impulsa la libido con otro licor del agave, agregando el gusano que vive en las pencas del maguey, el cual actualmente es asociado a un mayor rendimiento sexual, lo anterior por su alto valor nutritivo. El 31.23%  de su contenido son proteínas y ofrece hasta entre 759 y 862 por cada 100g.

Pulque

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Es muy conocido que luego de la borrachera se amanece con un gran deseo sexual. Sus propiedades relajantes ayudan a ello, y, también, contiene tantas propiedades nutricionales que es considerado que “sólo le falta un grado para ser carne”, por ello es un gran suplemento alimenticio. 

Cacao

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El cacao era altamente valorado por las culturas mesoamericanas, especialmente por los mayas y mexicas. Lo consumían en forma de bebida, a menudo mezclado con especias como el chile y endulzado con miel. Se le atribuían propiedades estimulantes y energéticas, considerándolo un potenciador del deseo sexual. El emperador azteca Moctezuma debe parte de su popularidad a un brebaje que, según contaban los cronistas de la época, le servía para mejorar sus relaciones sexuales con las mujeres. La bebida en cuestión se preparaba a base de este fruto, un producto que debido a su valor llegó a convertirse en una de las monedas de cambio de la época.

Por otro lado, los mayas, según Diego García Palacios, un juez y cronista español que vivió en la provincia de Yucatán, habló de distintos ritos propios de la civilización maya. Según su testimonio, en Izalco – situado sobre el actual territorio de El Salvador – se elegían los mejores granos de cacao y luego eran expuestos cuatro noches a los rayos de la luna. Durante ese periodo ninguno de los sembradores debía acercarse a sus mujeres y hasta la cuarta noche no podían complacerlas.

Nikita Harwich también se refiere a otras costumbres relacionadas con estas semillas. “Entre los mayas pil, durante el ritual de pubertad untaban el cuerpo de los varones con una mezcla de agua de lluvia, pétalos de flores y polvo de cacao”. En estas culturas también se creía que una donación de cacao podía preceder una pedida de matrimonio, costumbre que ha pervivido en algunas poblaciones indígenas de Sudamérica, donde los granos de cacao siguen siendo un regalo de nupcias muy común.

Miel 

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La miel era utilizada en la preparación de diversas bebidas y alimentos en la época prehispánica. Su dulzura natural y su capacidad para proporcionar energía inmediata la hacían apreciada, y se le atribuían propiedades estimulantes y afrodisíacas por los antiguos mayas. Un ejemplo era una especie de ungüento con estramonio, el cáñamo en el ritual “rosa santa” y la rana venenosa, Bufo marinus, echada en la miel. 

Caracol Strombus gigas

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Conocido como caracol rosa o caracol reina, ha sido una fuente alimenticia importante en la región del Caribe, incluyendo áreas habitadas por los mayas. Estos comían la deliciosa carne cruda como un hechizo de amor efectivo.

Jumiles

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Estas pequeñas chinches de monte son nativas de Guerrero y Morelos pero también los consumen en Veracruz y Oaxaca. Suelen comerse vivas (o a medio morir); tienen un ligero sabor a canela, y se comen como sazonadores, o bien, como contenido de tacos. Por su alto porcentaje de yodo, este incrementa el metabolismo, por ello se considera un vigorizante sexual.

Chapulines

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Los chapulines y otros insectos eran consumidos por diversas culturas mesoamericanas debido a su alto contenido proteico y valor nutricional. Su consumo estaba asociado con el aumento de la energía y la vitalidad, atributos que podrían relacionarse con propiedades afrodisíacas.

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