Para todos los glotones, septiembre es la mejor temporada del año, aquella donde abunda la comida y sabores tradicionales que nos caracterizan como mexicanos.
Pozole, antojitos, garnachas, elotes, esquites, buñuelos, hasta pan de muerto, y una infinidad de especialidades que son difíciles de enlistar, se convierten en todo un manjar con el que celebramos nuestra historia e Independencia.
La gastronomía nacional es tan diversa, que a veces resulta tan desconocida hasta para los propios mexicanos. Cada platillo contiene su propia esencia que radica en una técnica de preparación en particular y hasta en los ingredientes endémicos de alguna región.
Para rendir homenaje a nuestra cultura culinaria, fuimos a explorar la riqueza de la gastronomía tabasqueña de la mano de la chef Ceci Chávez quien lleva 19 años viviendo en este edén mexicano.
Tabasco es un estado privilegiado; geográficamente tiene una favorable ubicación, está dotado de naturaleza y tierra rica que ve nacer vegetación tropical, como plátanos, guanábana, manzanas, mango, así como plantas y hierbas entre las que destacan el achiote, la chaya, el chipilín, la hoja santa y el chile amashito. Además de que está dotado de producción pesquera y agrícola.
“Podemos decir que la cocina tabasqueña es variada y fresca, pero a su vez muy criolla, es de mucha combinación de ingredientes que son nobles a la hora de cocinar”, dijo Chávez.
El estado se caracteriza por tener el mejor cacao y queso de la región, y entre sus platillos icónicos “exóticos” destacan los tamales de chipilín, la barbacoa de pescado y el pejelagarto asado, así como el pozol, una bebida refrescante y cargada de nutrientes que mezcla el cacao con el maíz, lo que resulta un alimento para saciar el hambre, “es muy natural, nos da una sensación de bienestar y saciedad, que muchas personas optan solo por comer eso, además es muy nutritivo”, explicó la chef.
La experta originaria de la Ciudad de México, nos confesó que al principio le sorprendió la variedad de ingredientes que hay, es por eso que se puso a investigar desde la cocina, las bondades de cada uno y para de ahí crear su propio estilo de gastronomía sureña.
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“Me gusta combinar sabores, texturas, ingredientes icónicos con algunos contemporáneos, alterar un poco la receta con mi toque personal y alguna que otra mezcla de cultura europeas”, dijo.
Para nuestra visita en el estado sureño, Ceci nos recibió con un banquete en el que destacó dos alimentos icónicos de la región, el plátano macho y el cacao.
Para empezar, abrimos apetito con una tabla de quesos, donde el provolone y el de hoja y de hebra, se coronaron como los mejores.
Continuamos con mini plátanos machos fritos y rellenos, de queso y chicharrón (originalmente son de carne).
No podía faltar el tamal de chipilín, que la chef reinterpretó, añadiendo una salsa de jitomate con chile habanero. Para finaliza fueron unos dulces típicos como dulce de oreja mico, hecho de papaya verde, considerado el más clásico en Tabasco y frutas en almíbar.
“Estos platillos son típicos de degustar como botana, ya sea en una reunión con amigos o cuando hay una celebración especial como una boda”, explicó.
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