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Foto: Freepik

¿Cómo empaquetar el vino?

¿Eres de los que piensa que la calidad del vino depende de su método de empaque?

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Hace un tiempo escribí un artículo en el que discutimos los detalles, diferencias y similitudes entre los corchos y el taparrosca como métodos de cierre en las botellas de vino. Decía yo en aquella ocasión que existe un prejuicio contra la cerradura que no es de corcho porque se tiene la idea que es un vino de menor calidad. Pero también hay corchos sintéticos y reciclados que requieren ser abiertos con un tradicional sacacorchos y no necesariamente la calidad de dicho vino es mejor que aquel que viene en una botella con taparrosca.

Pero si vamos más allá, tenemos que hablar también de las botellas (además de sus diferentes tamaños y formas, de lo cual hablaremos en otra ocasión), pero también de que existen otras formas para empaquetar el vino que se han ido popularizando enormemente. Pongo dos ejemplos.

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El primero de ellos es el vino en bolsa de plástico y contenido por una caja de cartón. De esta forma, tal como cuando nos servimos el café en una reunión, así el vino también está sellado en este empaque poco convencional. Si el taparrosca no tiene muy buena reputación, sobra decir que un vino en la caja de cartón tiene todavía muchos más detractores, aludiendo a que supuestamente, su calidad sería todavía menor. Si bien un vino de alta calidad no se habrá de empaquetar en bolsa de plástico, la realidad es que esta provee de ciertos beneficios para los vinos que son de producción masiva o bien, que deben consumirse jóvenes. En primer lugar, los contenidos de una caja de cartón serán mucho mayores que los de una botella (pueden incluso llegar a ser hasta tres litros de líquido, vs menos de uno en una botella). La otra razón de pertinencia de este empaque es la facilidad de almacenaje y transporte, porque simplemente el peso de este será menor; ello tiene lógica si pensamos en cuánto pesa el vidrio de una botella de vino.

La otra forma que se ha popularizado de empaquetar el vino es con latas de aluminio, como los refrescos. Cada vez es más frecuente ver vinos en lata que están en refrigeradores y en lugares donde venden bebidas alcohólicas. Al igual que en el punto anterior, ofrecen una gran flexibilidad de transporte, será más eficiente que las botellas de vidrio y el vino habrá de conservarse por más tiempo.

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Pero tendríamos que preguntarnos por qué razón estas dos formas de empaquetar el vino no se utilizan con vinos de alta calidad y alta gama. La razón es muy sencilla: ninguna de ellas permite el proceso de micro-oxigenación que el vino necesita para añejarse, cosa que es provista por el corcho natural. A través de este método, el vino evoluciona favorablemente y suavizará sus taninos y aromas; por obvias razones la caja de cartón y la lata de aluminio no permiten este proceso al igual que el corcho. Como todo en la vida, mucho de esto también está fuertemente basado en los prejuicios, ideas y en la satisfacción que la gente encuentra en abrir una botella de vino cerrada con corcho. Quizá este valor experiencial sea insustituible. El tiempo lo dirá. Yo sugiero que si tenemos curiosidad, lo mejor sería probar diferentes vinos de lata y cartón y observar si encontramos diferencias entre ellos. ¡Nos leemos la próxima semana!

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