Por Celia Gayosso
México es el centro de origen de todos los chiles domesticados, por lo que su investigación de doctorado se basó en investigarlos; saber de dónde vienen todas las variedades del chile casicum manum que comemos en el país, excepto el habanero, el de cera y un tipo de chile de árbol, es parte de lo que indagó, indica la investigadora Araceli Aguilar Meléndez del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana.
Un repaso por los 500 años de conquista y mestizaje culinario
Algunos de ellos están en peligro de extinción como el Sanpableño, en los alrededores de Xalapa; en Veracruz tenemos el chile Comapa, seco, que se vende en la región de Córdoba, Orizaba, Huatusco y Fortín, por lo que se debe apreciar y pagar lo que nos piden por ellos, pues son muy sabrosos, le dan un toque especial a la comida. Además no son tan caros, como por ejemplo un kiwi. “Tenemos que empezar a revalorar lo propio y a pagar buen precio por el producto”.
El mensaje a los mexicanos es seguir cuidando la diversidad de los chiles.
“De aquí salieron en algún momento histórico, se han llevado a otras partes del mundo y se han adaptado muy bien a las cocinas como las asiáticas, donde los coreanos y tailandeses consumen mucho chile, así como en algunas regiones de China; en Europa, los chiles que se consumen surgieron en México, pero ahí los reseleccionaron para que piquen menos“
Asimismo en otros estados hay chiles en peligro de extinción, como en Guadalajara el Yahualica, así como en Oaxaca están los chiles de Onza, Huacle y de Agua, en peligro de desaparecer, entre otros.
La investigadora que realizó estudios etnobotánicos y ha estudiado el origen del chile en diversas comunidades indígenas que son las que resguardan una gran diversidad de chiles.
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A raíz de eso ha escrito, en coordinación con otros de sus colegas, diversos artículos, así como el libro Los chiles que le dan sabor al mundo, donde los temas que se tocan son desde la arqueología, etnobotánica y algunos testimoniales de cocineras y chefs.
Usos medicinales
Además ha encontrado que existen muchos usos medicinales y espirituales del chile, por ejemplo el chile rojo, seco, se utiliza como protección de malas energías.
“Este es un tema que ha empezado a surgir desde la antropología, enfermedades culturales, que son aquellas como el susto, empacho o mal de ojo, aunque hacia la ciencia poco se hablaba de esto son reales y tienen un tipo de curación que aún no se puede explicar”, indica.
El chile se usa en curaciones más tradicionales donde sirve para “barrer” a la gente o se usa en algunas preparaciones que se toman, la que purifica la energía de quien lo toma. Esos usos están vigentes, insiste.
En la Península de Yucatán los mayas lo han usado para curar infecciones en los ojos y en los oídos. Muchas de las afecciones que se curaban con chiles han desaparecido, en la medicina moderna se consideran efectivos, como un tipo de gastritis causada por una bacteria, la que se cura al comer un chile que tiene efecto antibiótico.
“En algunos pueblos, la gente aconseja comer chile a mordidas, pues eso ayuda a curar las gastritis”, menciona la especialista.
El uso del chile es un universo, hay mucho que se ha escrito sobre los chiles, actualmente tiene en proceso editorial un artículo donde aborda todos estos usos que tiene éste, tomando ejemplos de diferentes culturas.
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