Por Raymundo Rocha
Se le conocen como las “Gorditas del Aga”, las de leña o las “verdes”, por el color del maíz con que las hacen. Están en Prolongación López Hermosa, entre Saucito Morales y Fray Diego de la Magdalena, en San Luis Potosí ;son atendidas por varias hermanas mal habladas pero que ante su mamá, la dueña y jefa, se cuadran.
A las ocho de la mañana ponen la leña y la prenden. El fogón empieza a vomitar humo por la chimenea, que despierta a los vecinos de la zona; una hora después, están aventando al comal las primeras gorditas, mientras lo guisos mezclan sus olores entre la clientela que ya está sentada en las sillas de plástico alrededor de mesas del mismo material.
Alma y Sol son las encargadas de despachar los pedidos, que se hacen anotándose en un papelito. Aquí no van a la mesa a tomar la orden, hay que acercarse a los guisados, tomar un papel y anotar, con su nombre, de qué va a querer, chicharrón, huevo, rajas, bistec, champiñones, huitlacoche, picadillo, mole, y otros 20 más, cuando menos.
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Mientras las preparan, Alma y Sol y los demás miembros de la familia, originaria de Mexquitic de Carmona, recapitulan los últimos acontecimientos familiares, de la comunidad y hasta de la política, de una manera divertida, de tal manera que la espera se hace corta y el hambre aguanta un poco más.
Mientras, el “cajero” como le dicen a su papá que se hace cargo de cobrar las cuentas e ir a surtir la materia prima, ofrece el atole de varios sabores, jugo de naranja y refrescos; también los tamales y el pan dulce, pero si es domingo, hay barbacoa y menudo, que se acaban muy temprano.
La especialidad de la casa son los “huevos encalzonados”, que es una gorda al triple de lo normal rellena de tres huevos que se cosen al mismo tiempo que la masa en el comal y se adiciona un guisado al gusto.
Los precios son “competitivos”, como dicen ahora. Con 300 pesos come fácilmente una familia de cinco integrantes y de buen diente, con todo y bebidas y hasta un tamalito alcanzan, nada mas que hay que llegar temprano, a eso de las 9:00 o poco antes, porque el lugar se abarrota casi toda la semana, pero más sábado y domingo.
Después de dos semanas de bloqueo en la avenida Fray Diego de la Magdalena a la altura del templo del Saucito, la actividad en toda la zona se redujo, incluyendo por supuesto las fondas, restaurantes y demás negocios que se dedican a la venta de comida. Las pérdidas fueron altas y si la obra se lleva a cabo, serán catastróficas. La mayoría cerrará.
Mientras tanto, el resto de los negocios de tortas, gorditas, menudo, tostadas, antoijitos diversos, siguen con su actividad normal, recibiendo a cientos de visitantes que invaden las calles aledañas ya que no existe una zona de estacionamiento.
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