Una bailada frente al fogón y un rezo son ingredientes necesarios para algunos chefs que llevan su devoción por los santos a la hora de cocinar; eso, creen, les asegura buena sazón y abundancia. Se encomiendan para una “ayudadita” divina.
Los y las cocineras, en su papel de artífices de preparaciones, tienen un Santo a quien acercarse, en muchas cocinas mexicanas es una tradición tener un lugar especial dedicado a ellos, incluso entre ellos se regalan imágenes para la prosperidad del negocio, encomiendas y salud.
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El padre José de Jesús contó en Aderezo que, para la religión católica, el alimento es de suma importancia, ya que tiene dos sentidos: el corporal y el espiritual. “De hecho Cristo dijo que no solo de pan vive el hombre, para indicarnos que el ser humano también necesita sabiduría, paciencia, algún aliento en los momentos difíciles, pero también nos muestra que, al multiplicar el pan y los peces para alimentar a la gente, así como convertir el agua en vino busca siempre que, pese a las adversidades no debe menguar la fe, la alegría y la abundancia”.
Entre los santos más socorridos, según el sacerdote, destacan: San Pascual Bailón, San Martín de Porres, San Diego de Alcalá, San Lorenzo de Roma y Santa Martha.
“Los tres primeros son hermanos legos, esto significa que son religiosos que no sabían leer ni escribir y cuando entraban a un convento, los ponían a trabajar en la portería, en la huerta, en la bodega o en la cocina. Es así como, gracias a que se dedicaban a esto, se enfocaron en alimentar a la comunidad”.
El padre refiere que ellos buscaban elaborar una buena comida porque si no, los compañeros del convento les criticaban. Además, relaciona que todos tenían acciones, virtudes y enseñanzas que se vinculan precisamente con quienes dedican su vida a preparar los alimentos.
Los santos más socorridos en la cocina
Algunos cocineros, como Juan Aquino, uno de los fundadores de XUVA, dice que antes de empezar a trabajar prende una veladora para empezar el día. “Antes de tener mi restaurante Yuri de Gortari Krauss me regaló el patrono de los cocineros, y ahora es el que tengo en mi restaurante”.
Además, que la religión y la cocina en México, tienen un papel muy importante y van de la mano “la mayoría de las festividades, principalmente en varias comunidades como la mía en Oaxaca, se celebra por lo regular todo el tiempo a los santos. Siempre hay una mayordomía, donde elaboran velas, y cuando llega el mero día de la fiesta, se le da comida a todos y también es la manera que hemos resguardado nuestra cultura gastronómica, gracias a las mayordomías que existen en nuestro país. Preservamos las recetas de nuestros antepasados como los tamales, los atoles, barbacoas, algunos tipos de moles o guisados”.
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