El Carnaval es una de las celebraciones más antiguas y extendidas en diversas culturas del mundo. Su origen se relaciona con festividades paganas vinculadas a los ciclos agrícolas, la comida, las fiestas populares y su posterior adaptación a las tradiciones religiosas, como el cristianismo.
Fiestas, religión y ciclos agrícolas
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Según la Enciclopedia Británica (un banco de información histórica y cultural centrado en la educación y mantenido por educadores, periodistas e historiadores del Reino Unido), antes de la llegada del cristianismo, muchas civilizaciones celebraban festividades de renovación y fertilidad coincidiendo con los cambios de estación y el inicio de los ciclos agrícolas. Algunas de las festividades precursoras fueron:


–Sumerios y Babilonios (2000 a.C.): celebraban el Sakila o Zagmuk, un festival de renovación en honor al dios Marduk, donde había desfiles, disfraces y rituales para la fertilidad de la tierra.
–Egipcios: realizaban festivales en honor a Osiris, dios de la fertilidad y la resurrección.
–Griegos: festejos urbanos y rurales llamados dionisias o dionisíacas en honor al dios Dionisio con disfraces, teatro y rituales de fertilidad.
–Chinos: el año nuevo en su cultura usualmente era el cambio de pasar del invierno a la primavera para festejar el nuevo ciclo agrícola consumiendo platillos guardados del invierno.
–Fiestas celtas y germánicas: rituales vinculados al cambio de estación y a la fertilidad de la tierra.
–Saturnales y Lupercales romanas: fiestas en honor a Saturno y Lupercus, en las primeras se permitía la inversión de roles sociales (los esclavos podían comportarse como libres) y el exceso en comida y bebida; y en las segundas se celebraba la fertilidad en honor a Lupercus, con banquetes, danzas y rituales para purificar los campos.
La enciclopedia relata que en sociedades agrícolas antiguas, la llegada de la primavera significaba un cambio en la producción de alimentos pues durante el invierno, la gente almacenaba carne curada, mantecas, lácteos y harinas, pero al acercarse la primavera, algunos alimentos comenzaban a estropearse debido a la temperatura y la humedad.


Por eso, para evitar desperdicios, se realizaban festines y fiestas con carne, embutidos, quesos, pan y dulces, justo antes de que la comida se echara a perder.
Estas fiestas compartían un rasgo común: excesos, disfraces y ritos de transición, elementos que posteriormente formarían parte del carnaval.
Un ejemplo pasó en Europa, el fin del invierno significaba que era hora de consumir mantequilla, huevos y carne salada antes de que se volvieran incomibles. Esto dio lugar a recetas festivas, como los buñuelos de carnaval o las rosquillas fritas.
Cristianismo y nuevas creencias
Otro análisis de la Enciclopedia profundiza que con la expansión del cristianismo y otras religiones abrahámicas en Europa, muchas festividades paganas fueron absorbidas, transformadas o adaptadas en celebraciones religiosas.
Estas fiestas ofrecían una oportunidad para expulsar los deseos reprimidos e incluso la idea de estas festividades está profundamente ligada a la crítica social, la liberación de las tensiones acumuladas y la redefinición temporal del orden social.


A través de la sátira, el carnaval crea un espacio donde las normas sociales y las jerarquías establecidas pueden ser desafiadas, invertidas y burladas de manera pública, pues los pobres podían comer casi de la misma forma de los ricos y burlarse de esos excesos, funcionando como válvula de sublimación de emociones y tensiones sociales impulsados por el uso de máscaras y disfraces.
Todo esto antes de embarcarse en un período de introspección, sacrificio y reflexión que daban paso a periodos de ayuno, el cual también se utilizaba para dominar los deseos humanos y reforzar la voluntad. Al reducir la necesidad física de comer o beber, las personas podían enfocarse más en el aspecto espiritual de la vida y en la autodisciplina.
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En muchas religiones, el ayuno tenía la intención de purificar el cuerpo y el alma antes o después de un tiempo de mayor intensidad espiritual o celebración, por ejemplo: en el cristianismo, la Cuaresma comienza después del miércoles de ceniza, un día de ayuno y arrepentimiento, y se prepara a los fieles para la Pascua. El ayuno se veía como un medio para limpiar el alma antes de la resurrección de Cristo. En el Islam, el ayuno durante el Ramadán tiene un propósito similar: purificar el alma a través del autocontrol y la devoción y obligar a la comunidad a gestionar los alimentos con mayor cuidado durante el mes.
Es por ello que los ayunos también han tenido una función práctica y simbólica en muchas culturas como una forma de gestionar los recursos durante tiempos de escasez, especialmente en regiones donde las sequías o los ciclos agrícolas inciertos eran comunes.


Es así como, una de las religiones más influyentes, la Iglesia Católica, permitió que los pueblos siguieran celebrando sus rituales de exceso y permisividad, pero los integró en el calendario litúrgico, justo antes de la Cuaresma, un periodo de ayuno y abstinencia de 40 días antes de la Pascua.
De aquí surge el Carnaval, cuyo nombre proviene del latín “Carne Vale”, que significa “adiós a la carne”, ya que era la última oportunidad para comer abundantemente antes del período de sacrificio.
Expansión y fiestas en el mundo
La expansión del carnaval desde Europa se debió principalmente a procesos como conquistas, colonización y la evangelización, pero en cada lugar se adoptaron elementos de las culturas locales, es así como a lo largo de la historia, la costumbre ha evolucionado e incorporado elementos de distintas culturas, resultando en festividades con características únicas en cada región.
Es así como, con la llegada de los europeos a otras regiones del mundo, el carnaval se difundió e incorporó elementos locales, creando nuevas expresiones culturales.


En América, durante los siglos XV y XVII, los este rito llegó con los colonizadores europeos, principalmente españoles, portugueses y franceses. Estos trajeron las costumbres de desfiles, disfraces y mascaradas, que luego se fusionaron con tradiciones indígenas y africanas. Por ejemplo en la Nueva España que comprendía a territorios de norte, centro y sur del continente, se incorporaron danzas prehispánicas y sátiras políticas a raíz de su conquista; en Brasil: Fusión del carnaval portugués con las danzas africanas del candomblé; y en territorios disputados como el Caribe (Cuba, República Dominicana, Trinidad y Tobago) hubo una mezcla de las fiestas de potencias europeas con ritmos africanos.
En África, en los siglos XVI a XIX, los europeos introdujeron el concepto en las colonias africanas, combinándolo con festivales autóctonos. Por ejemplo, el Carnaval de Cabo Verde que es una mezcla de la tradición portuguesa con ritmos africanos y percusión.


En Asia, en los siglos XIX y XX, llegó a través del colonialismo y la influencia europea. Por ejemplo, en Filipinas tienen un jolgorio con influencia española, incorporando danzas locales.
Es así como los carnavales, usualmente, los más importantes por su riqueza, se celebran en ciudades costeras, pues estas han sido históricamente centros de comercio y puertos clave, lo que facilitó la llegada de diferentes influencias culturales y religiosas, por lo que suelen tener una identidad híbrida. Además, las temperaturas agradables, permiten que la gente pueda bailar en las calles sin preocuparse por el frío extremo.
Esto hizo que los puertos fueran lugares de intercambio cultural, donde personas de diferentes partes del mundo—europeos, africanos, indígenas y asiáticos—contribuyeron a la construcción de estas fiestas tal como lo conocemos hoy.
Qué tiene que ver la comida con lo carnavales
La Enciclopedia Británica narra que se estableció dentro del calendario cristiano como el último banquete antes de la Cuaresma, que duraba 40 días y prohibía consumir carne, lácteos y grasas animales.
Dado que la Cuaresma prohibía el consumo de carne, huevos, leche y grasas, el carnaval se convirtió en la última oportunidad para disfrutar de un banquete abundante, por lo que para no desperdiciar estos productos, se realizaban grandes comilonas con todo lo que estaba prohibido durante el ayuno. Incluso como eran previos al miércoles de ceniza se les comenzó a denominar martes de grasa, por su alto contenido calórico y de proteínas.
Estos son algunos ingredientes típicos asociados:






–Carnes y embutidos: La carnicería era una actividad central en el carnaval porque solía asociarse con la sustancia y la nutrición, pero también con la debilidad y el pecado. Antes de la cuaresma, las carnes de los animales sacrificados necesitaban ser consumidas rápidamente antes de echarse a perder. En muchas culturas, se realizaban matanzas de animales antes de las fiestas para consumir carne antes del ayuno y como rito de renovación.
–Dulces y frituras: su consumo simbolizaba una transgresión de las normas sociales y religiosas, porque evocaban a los placeres inmediatos. Tienen la función de romper con la rutina alimentaria habitual y representan la idea de quebrar las reglas de la vida cotidiana, además de usualmente ser relacionados con el acceso restringido a las clases altas. En Europa, se desarrollaron postres como buñuelos, rosquillas y churros, ya que se usaban ingredientes prohibidos en la Cuaresma.
–Bebidas alcohólicas: se permitía el consumo excesivo de alcohol en estas celebraciones y debido a que en muchas culturas se produce a partir de la fermentación de la fruta o granos, representa un producto de la cosecha y son símbolos de la fertilidad de la tierra y la generosidad de los dioses, celebrando la abundancia antes de los periodos de escasez y por estar estrechamente vinculado con la idea de la exuberancia sensorial y pérdida del buen juicio.
Algunos ejemplos de ellos se pueden ver en estos países:
En Francia, se crearon los crêpes y beignets como una forma de usar huevos y leche antes de la Cuaresma.
En Italia se cocinaban pasta con salsas ricas, embutidos y postres fritos como los chiacchiere.
En Alemania se comían salchichas, manteca de cerdo y berlinas (donas rellenas).
En México en algunos lugares, se realizaban tamales, carnitas y buñuelos.
En Brasil se usaban los últimos días antes de la Cuaresma para comer feijoada y dulces con leche de coco.
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