Por Mónica Vargas
De color rojo vivo, sabor ácido y textura tersa, el xoconostle es una fruta indispensable en la cocina tradicional desde la época prehispánica.
Su nombre viene del náhuatl xoco (agrio) y nochtli (tuna). A diferencia de las tunas dulces, el xoconostle tiene cáscara suave y sus semillas están agrupadas en el centro. Debido a esas características, el fruto del nopal conocido como Opuntia Joconostle es considerado un ingrediente gourmet en la actualidad.
Aunque el también llamado tenostle o duraznillo suele comerse de forma directa, hoy día existen diversas formas de consumirlo gracias a su versatilidad. En algunas zonas, por ejemplo, el fruto se comercializa combinado con habanero en salsas que les dan el toque picante a diversas recetas. Aunque también está la contraparte dulce en mermeladas para acompañar con pan o rellenar pasteles.
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Hoy, la cocina de autor también suele emplear este ingrediente con extrema delicadeza. Ya no es novedad encontrar el xoconostle coronando cortes de carne, exquisitas ensaladas o postres horneados. Por otro lado, el agua fresca de xoconostle y el pulque curado del mismo ya son comunes en nuestro estado.
Debido a lo anterior, el xoconostle se ha cotizado en el mercado. Su precio por kilo es de cincuenta pesos aproximadamente, cuando hace unos años era similar al de la tuna dulce (20 pesos el kilo, aproximadamente).
Sin embargo, en mercados alternativos como el que se instala todos los lunes y viernes en el parque San Nicolás, en el corazón de Tlaxcala, se puede encontrar a menor costo y en presentaciones novedosas como los confitados o tipo acitrón.
¡No tengas miedo de agregarlo a tu dieta y disfrutar de su peculiar sabor y bondades!
Beneficios del xoconostle
Consumir xoconostle fresco, junto con la cáscara, aporta una gran cantidad de antioxidantes al organismo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Además, esta fruta posee vitamina C, minerales y fibra.
Por otro lado, el consumo de xoconostle se asocia con la medicina alternativa. Consumir su cáscara, según la tradición oral, puede regular los niveles de triglicéridos, glucosa y colesterol.