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Foto: Cortesía

Cómo afecta el cambio climático al vino

Federico Ling explora las posibilidades de este panorama

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¡Qué pregunta más ociosa! Por supuesto que no. Bueno, aunque si nos detenemos a pensarlo con detalle descubriremos que las zonas vitivinícolas habrán de cambiar y modificarse sustantivamente con los efectos del cambio climático y del calentamiento global. Si bien es cierto que no habrá vino en el Polo Norte o dentro del Círculo Polar Ártico, es una realidad que hay zonas en países en ambos hemisferios (Norte y Sur) que tendrán regiones que posiblemente puedan ser susceptibles para la viticultura y para que las uvas maduren, especialmente si dichas regiones dejan de ser tan frías. Vamos por partes. 

Foto. Federico Ling

La pregunta que tenemos que responder es la siguiente: ¿dónde se produce el vino y por qué allí? ¿en qué región crecen las uvas de mejor forma y porque en otras no sucede lo anterior? La viticultura es posible en las zonas cultivables entre los paralelos 30 y 50 (en ambos hemisferios). El clima que existe en dichas zonas es lo suficientemente cálido y frío a la vez para que las uvas puedan madurar, pero también, para que las vides no produzcan frutos más de una vez por año. Si las viñas producen uvas todo el tiempo, la calidad de estas serán muy baja; no tendrán la concentración, los aromas y la complejidad requeridas para producir vino de buena calidad. En otras palabras, plantar vides en el Ecuador asegurará que se produzcan uvas constantemente por el clima de la región, pero como ya mencioné, no servirán para fabricar vino. Ahora bien, por el contrario, si plantamos viñas en regiones frías (cerca de los polos), no habrá calor ni luz solar suficiente para que las uvas maduren y adquieran los aromas y sabores requeridos. Sin estos componentes, la fruta no será posible. 

Esta es la razón por la que el vino solamente se produce en ciertos lugares (tanto del Viejo como del Nuevo Mundo). Y al existir en dichas regiones una alta calidad de fruta, por ende habrá también una mejor calidad de vino (la especialización del trabajo). De allí que algunos países produzcan vino y otros no desde tiempos lejanos. 

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La pregunta es entonces si el cambio climático puede afectar las zonas de producción del vino y en qué medida lo hará. La respuesta no es necesariamente evidente sin estas consideraciones anteriores, pero podemos decir algunas cosas al respecto: lo primero es que habrá regiones donde producir uvas no ya no sea posible debido al calor extremo. Cuando hay demasiado sol y temperatura, las uvas pierden acidez (requerida en el vino) y los niveles de azúcar (y de alcohol, en consecuencia) estarán desbalanceados; ello sin tomar en cuenta que las uvas pueden además sufrir quemaduras por la intensidad del sol. Por el contrario, regiones donde tradicionalmente no se podía producir vino, quizá ahora sea posible (por ejemplo en algunas áreas de los países nórdicos ya hay producción de vino espumoso, puesto que este requiere un alto nivel de acidez y puede producirse con uvas que no necesariamente alcancen un punto elevado de madurez y de azúcar). Luego entonces, la pregunta sobre si hay vino en el Ártico comienza a tomar más relevancia (y sentido de realidad). 

El cambio climático además traerá consecuencias económicas en regiones donde los microclimas son importantes para producir vino y donde pueda haber afectaciones económicas en comunidades donde la producción de esta bebida sea uno de los motores de las finanzas locales. Las consecuencias no solo habrán de ser padecidas por los frutos mismos sino por las personas igualmente. Lo mismo sucederá con el tipo de vino que se produce en cada región, cuyos varietales también están determinados por el nivel de calor, luz solar o escasez de agua (que será uno de los grandes problemas en el futuro del vino, además del calentamiento global). 

La verdad es que el cambio climático ya está afectando a la industria vitivinícola y conforme este sea más evidente, el cambio en la producción de vino y en la economía del mismo será cada vez más notorio. Un peligro para algunos y una oportunidad para otros. El tiempo lo dirá. 

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