El chef Paco Campuzano, es el encargado de reinventar cada día, la propuesta culinaria de Treze con Z, que es apta sólo para glotones y amantes de las brasas.
Todos los platillos tienen una peculiaridad, y es que además de ofrecer un basto menú fijo, en la cocina, el equipo vive con placer un proceso creativo para estrenar a diario platillos irrepetibles.
“Antes de que una receta salga a la realidad, me la como en la cabeza. Es un paladar mental que tenemos los cocineros”, compartió el chef a Aderezo.
“Tal vez llega en forma de recuerdo o de pregunta, a veces es para contestarnos cómo sabe, cómo nos gustaría que supiera, a la evocación del recuerdo de algo que vimos o que probamos, y es de ahí donde brotan los sabores de la casa de la abuela, de las primas y cuando de pronto todo se gesta, ya lo tienes servido en el plato”, añadió Campuzano.
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El concepto del feudo ubicado en la calle Volcán 150, Lomas Virreyes, es idea original del chef que formó parte de los fogones de Millesime y del Celler de Can Roca, este último considerado el mejor restaurante del mundo por el listado británico The World’s Best 50 Restaurants.
“Para que surja un platillo bueno el resultado no siempre se da a la primera, a veces nacen como los imaginaste o mejor, y para eso debes rodearte de una familia. La llamo así porque pasamos más tiempo en la cocina que en nuestras propias casas, así que compartimos antojos, retos y satisfacciones”, explicó.
Los platillos son un verdadero “apapacho”, y es que cada bocado es precisamente como un abrazo al paladar.
“A mí me gusta comer bien y que los platillos tengan sabor y presencia, eso aprendí de mi formación. La cantidad debe ser abundante, en un lugar como Treze con Z encontrarás un buen guiso y excelentes productos. Venir de otras cocinas me ha enseñado que un restaurante es grande cuando sientes que ahí comiste bien”, afirmó el chef.
Entre los platillos destacan las almejas, el tartán de atún, el arroz con mariscos, lechón, tacos de ternera, una tabla de quesos con un mousse y un pescado a la talla que es la especialidad de la casa y que el propio Paco dice que tiene comensales que viajan de Acapulco a Ciudad de México sólo para comer en el feudo y probar este platillo que es perfecto para compartir.
El chef resalta a la gastronomía mexicana y a los platillos de mar bajo la técnica de las brasas, “da mucha presencia y es una labor de cocina que te impone respeto, te retan a disfrutarlas, pero no te dan la seguridad de una temperatura controlada, por lo que la cocina se vuelve divertida, imperfecta y hasta experimental. En las brasas puedes lograr todos los matices, desde un buen tostado hasta sabores diferentes, ya que si usas leña o carbón también puedes cambiar las potencias aromáticas”, compartió.
Sobre la coctelería dijo, “es perfecta para maridar cada platillo, y para la ocasión, ya sea para un momento de tranquilidad en el salón o en la terraza para las charlas prolongadas y es una garantía que les cocinamos aquello que nos gustaría comer, lo que le daríamos con todo el amor a nuestra familia, concluyó.
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