Es común que cuando decides hacer algún tipo de régimen alimenticio o acudes al gimnasio, existan rumores o recomendaciones para enriquecer tu nuevo tipo de dieta, sobre todo respecto al consumo de huevos; hay controversia sobre su aporte de proteínas, de si es mejor crudo, cocido o frito.
En este sentido, los expertos en nutrición del Instituto de Estudios del Huevo en Madrid, España, quienes además de elogiar los beneficios para la salud de este alimento, refieren que un ejemplar grande típico (de aproximadamente 50 gramos) contiene alrededor de 6 gramos de proteína, ya sea que esté crudo o cocido.
Y si Lavoisier no mintió con su principio de conservación de la masa, ésta esencialmente permanece intacta durante la cocción, por lo que cualquier pérdida de peso que se produzca durante el proceso generalmente se debe a la evaporación del agua, pero no en sus propiedades.
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Según el artículo, Papel del huevo en la dieta de deportistas y personas físicamente activas, de la Universidad Complutense de Madrid, otro mito muy extendido es la creencia de que es mejor consumirlo crudo porque la calidad proteica es mejor que en el cocido.
“Esto es totalmente erróneo por tres razones: en primer lugar, porque el calor desnaturaliza las proteínas del huevo haciendo que sean más fácilmente digestibles. En segundo lugar, porque con el calor se inactivan algunas proteínas como la avidina, que es un factor antibiotina. Y en tercer lugar, porque debe manipularse adecuadamente para que sea un alimento seguro y evitar contaminaciones microbianas, lo que se consigue entre otras cosas con el cocinado correcto.”
La desnaturalización es un proceso físico o químico que ocurre cuando aplicamos calor u otros agentes como por ejemplo el etanol, alcohol etílico o farmacéutico (que pese a que se pueda hacer, nunca te comas un huevo cocido por el alcohol, ya que es potencialmente tóxico) para freírlo o cocerlo.
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¿Frito o cocido?
Comerlos fritos puede llegar a reducir la tensión arterial siendo así también beneficiosos para el corazón. Antes de nada hay que analizar que el huevo contiene la parte de la yema y la parte de la clara. Al parecer, la clara de huevo tiene péptidos, es decir, fragmentos de proteínas que se encuentran inactivos cuando el alimento está crudo, pero cuando se produce alguna alteración química estas proteínas se desdoblan. Cuando el huevo es frito es cuando se producen este tipo de procesos.
Siempre es mejor que sea cocido o a la plancha para evitar que los elementos nutricionales se vayan por la borda por utilizar aceite al freírlos. No obstante, una vez a la semana tampoco es malo comer huevos fritos, pero si se va a introducir en una rutina es mejor cocinarlos de otras maneras mucho más saludables. Si se va a freír que sea con aceite de calidad, siendo el aceite de oliva uno de los más saludables.
El aceite de oliva tiene propiedades antibacterianas mejorando así la salud intestinal. Por otro lado previene la artritis, mejora las funciones cognitivas, previene diabetes tipo II, mejora la salud cutánea, previene el cáncer y el Aalzheimer, ayuda a perder peso y fortalece el sistema inmunológico, entre otros. Si a esto se le suman la cantidad de vitaminas y proteínas que tiene el huevo, crea una fusión rica en nutrientes, pero de la que no se debe abusar.
En resumen, desde el punto de vista de la cantidad de proteínas, no hay una diferencia sustancial, sólo en su preparación en cuanto a la textura, el sabor o la seguridad alimentaria, ya que los crudos pueden contener bacterias que pueden ser perjudiciales para la salud, por lo que se recomienda cocinar los huevos antes de consumirlos para reducir el riesgo de infecciones.
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