¿Quién no ha pasado por la lucha de convencer a los niños de que coman sus vegetales? Ya sea por la textura extraña, el sabor amargo o simplemente el temor a lo desconocido, muchos padres se enfrentan a este desafío a diario. Sin embargo, hacer que tus pequeños coman sus chícharos y zanahorias puede ser menos complicado. Investigaciones recientes ofrecen estrategias prácticas respaldadas por la ciencia para ayudar a superar la resistencia de los niños a los alimentos saludables.
Detrás de la neofobia alimentaria
Así se le conoce al rechazo de alimentos nuevos, es común en la infancia y tiene raíces evolutivas. Los niños pueden mostrar aversión hacia las verduras debido a su naturaleza desconocida y, en muchos casos, al sabor amargo que algunas poseen. Además, los hábitos alimentarios de los padres pueden influir en los de sus hijos, así lo reporta Marta Zaraska, escritora científica especializada en nutrición para The Washington Post.
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Consejos que puedes probar
Acompaña las comidas con agua: Un estudio demostró que los niños consumen un 35% más de verduras cuando se les sirve agua en lugar de bebidas azucaradas. Este simple cambio puede ayudarles a apreciar los sabores naturales de las verduras.
Persiste ante el rechazo: Los niños pueden necesitar hasta 15 exposiciones a un nuevo alimento antes de aceptarlo. La paciencia y la perseverancia son clave. Deja que tus hijos exploren y experimenten con las verduras sin presionarlos para comerlas.
Evita la presión: La coerción para que los niños coman sus verduras puede tener efectos negativos a largo plazo. En lugar de eso, elogia el esfuerzo y ofrece recompensas positivas cuando prueben nuevos alimentos.
Cocina en familia: Involucra a tus hijos en la selección y preparación de las verduras. Visita el supermercado juntos y permitirles participar en la cocina. Este enfoque no solo fomenta la conexión con los alimentos, sino que también aumenta la probabilidad de que los niños los consuman.
Apela a su imaginación: Transforma la hora de la comida en una aventura creativa. Crea historias sobre las propiedades mágicas de las verduras o dale a los platos nombres divertidos. La diversión puede hacer que comer verduras sea emocionante y menos intimidante para los niños.
La importancia de la persistencia
Aunque puede ser tentador ceder ante las preferencias alimentarias de tus hijos, es importante mantener el rumbo. Los hábitos alimentarios adquiridos en la infancia pueden influir en la salud a largo plazo. Haz de la hora de la comida un momento positivo y divertido, y recuerda que cada pequeño paso hacia una alimentación más saludable es un logro.