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Foto. Canva.

Vinos sustentables, ¿cómo mantener la tradición?

El mundo de la vid mejora sus técnicas para ser amable con el medio ambiente

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La industria vitivinícola ha estado adoptando cada vez más prácticas sostenibles para reducir su impacto ambiental y asegurar la viabilidad a largo plazo de la producción de vino.

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Un ejemplo de ello se da en los vinos de Denominación de Origen (DO) Ribera del Duero, conocida por producir tintos de alta calidad, principalmente a partir de la uva tempranillo, cavernet sauvignon, merlot y chardonnay, que nacen en la región de Castilla y León, en España.

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Aquí, desde 1994, las bodegas Arzuaga, de Ignacio Arzuaga Navarro, se dedican a producir esta y otras variaciones de vinos en sus mil 400 hectáreas.

Foto: Francisco Charqueño

Arzuaga comenta que con sus plantas conviven con la naturaleza de la zona “tenemos una flora compuesta de pinos, encinas y sabinas; una fauna formada por jabalíes y ciervos. Esta convivencia es, sin duda, la constatación del amor que siente la familia Arzuaga por el mundo de la naturaleza”.

Por ello, en 2007 decidieron hacer un cambio en la producción para elaborar un vino ecológico, de él se deriva el concepto de viña ecológica, la cual describe a aquellos campos donde no se utilizan productos de síntesis, sino que se elabora sólo con productos de la naturaleza, sin intervención del hombre, “Por ejemplo, un insecticida es un producto humano, por consiguiente usamos ortigas infusionadas con elementos naturales, las echamos a la linea y eso crea un repelente para los insectos“.

Foto: Francisco Charqueño

Narra que los campos y características de su finca estaban en un lugar privilegiado “me di cuenta que teníamos un clima único: el día se caracteriza por un sol nítido, mientras que la noche es fresca y húmeda. Esta combinación climática hace que la maduración de las uvas sea lenta y perfecta, dando como resultado sea un fruto sano, teñido y azucarado, con una aromática acidez“.

Es por eso que no usan fertilizantes con químicos, porque cambian la constitución y proceso natural de la cosecha, “Cuando usamos químicos nos dimos cuenta que a veces tenías uvas con 14 grados y medio de alcohol cuando aún no estaba madura o veías que la rama de la uva crecía más de 5 metros, eso tampoco es normal“.

Fue así como, con ayuda de los ingenieros agrónomos, Arzuaga comprendió que los productos quimicos, mezclados con los abonos, entran por el torrente de la sabia y se reparten por toda la cepa, derivando en el desarrollo de plantas dopadas, “desde ahí hacemos todo con elementos orgánicos y naturales”.

Foto: Cortesía Bodegas Arzuaga

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Efectos del cambio climático en la vid

Además aseguró que el cambio climático ha influido directa e indirectamente en el tratamiento de la vid desde sus temperaturas y condiciones.

Explicó que para estas cosechas las variables del clima son fundamentales en cómo influye en los procesos, por ejemplo, “en el caso de la etapa de maduración de la uva, que se da de agosto a septiembre, la altitud junto con los altos térmicos son importantes e influyen considerablemente. Aquí en Ribera de Duero el invierno es muy frío y el verano muy cálido, además estamos a 400 m sobre el nivel del mar, por otro lado, en un ciclo diario podemos registrar 40 grados en promedio, pero con una diferencia de 25 grados entre el día y la noche, eso hace que la uva vaya ganando azúcar en el día y que no pierda la acidez con el frío de la noche, conservando este elemento principal de la vida del vino”, comentó.

Foto: Cortesía Bodegas Arzuaga

Tecnología y sostenibilidad en el vino

Por otro lado precisó que la tecnología no está en contra de la sostenibilidad, incluso señala que esta ha avanzado tanto que incluso desde su teléfono puede ver el desarrollo de las plantas y “cuando me indican que va por 270 plantas maduras significa que está ya la vendimia próxima a realizarse, e incluso me dice que va debajo del año pasado”.

Otro elemento de búsqueda de nuevos materiales es en la guarda, ya que explica que, la tendencia de consumo actual se va a vinos frescos, no tan potentes, más suaves, moderados y agradables, por lo que han empezado a usar una forma de elaboración diferente “rehabilitamos una nave de guarda con recipientes elaborados con hormigón, pues este material hace el mismo efecto que la madera en cuanto a la oxigenación del liquido en fermentación, debido a su porosidad. La diferencia radica en que, en el caso del hormigón no aporta el sabor como la madera ni su tanicidad (sustancias polifenólicas presentes en la cáscara, semillas (pepitas de uva) y escobajos que brindan al líquido de ese sabor ácido)”.

Foto: Cortesía Bodegas Arzuaga

Incluso dice que en los tejados de la bodega han colocado páneles solares, “esto hace que casi el 100 por ciento de la electricidad en un día tan soleado como hoy la producimos nosotros, y al año el 60 por ciento la producen nuestras bodegas. Por otro lado, tenemos una depuradora para tratar las aguas que podría abastecer a un pueblo de 4 mil habitantes, es por eso que necesitamos agua potable”.

Además comentó que todas estas acciones ayudan, porque “el cultivo de la viña es agradecido, si tu lo cuidas te da todo, si tu la envenenas también te va a dar cosas, pero malas“, por lo que explica que estos elementos ecológicos que aun no son obligatorios, lo pueden ser a medida que pase el tiempo y se vuelvan artículos de lujo “como los frenos ABS de los coches“.

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