Por Mónica Vargas
Las avispas agaonidae son insectos de metamorfosis complicada, sus diminutos cuerpos facilitan el acceso en espacios donde las hembras ovipositan y aseguran espacios con alimento para sus descendientes.
Su espacio favorito es la superficie de las flores de la higuera. Sorprendentemente, las higueras producen sus flores dentro de los higos; en ese sentido podemos asegurar que un higo no es una fruta, es una estructura que técnicamente se denomina sicono, y dentro de ella se encuentran cientos de pequeñas flores, así lo explica el Instituto de Ecología de Conacyt.
Las 900 especies de higueras que existen, como cualquier flor necesita un polinizador que propague el polen y le ayude a reproducirse entre frutos o semillas.
Para acceder a este espacio, la avispa utiliza un pequeñísimo agujero llamado ostiolo que se encuentra en la parte inferior, las hembras depositan sus huevecillos y a partir de ese momento ocurre un sorprendente trato que flora y fauna han acordado a lo largo de los siglos.
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Las avispas hembras embarazadas tienen ya un espacio seguro para sus huevecillos, aun siendo muy pequeñas, suelen tener algunos contratiempos durante el acceso a ese agujero; al hacerlo generalmente pierden sus alas y antenas. Cuando las larvas nacen, los machos alcanzan la madurez antes que las hembras, en ese momento los machos fecundan a las hembras e inmediatamente tienen que cavar túneles que, posteriormente, le servirán a las hembras para escapar del higo.
Entonces, ¿qué pasa con las avispas macho? Para su desgracia, ellos no están destinados a salir del higo, una vez que se han reproducido y que han excavado los túneles, los machos morirán. De hecho, es por esta razón que nacen sin alas; no las necesitan porque nunca abandonan el higo, explica el artículo de Inecol.
De esta forma, puede parecer que cuando se consumen higos, se consumen también avispas; sin embargo, antes de que llegue a nuestro paladar, el cadáver de la avispa se habrá descompuesto. Los higos producen una enzima que sirve para descomponer su cuerpo y transformarlo en proteína.
Los higos maduran desde final de julio hasta noviembre, aunque la mejor temporada es a final de verano. Y si tenemos la duda de si se tratan de higos o brevas, todo depende de la maduración. Las brevas son higos que no consiguen madurar en otoño. Se quedan todo el invierno en el árbol como pequeños botones y en primavera completan su maduración.
Comer higos puede aportar nutrientes varios y fibra alimentaria, que en conjunto brindan varios beneficios a la salud. Por lo tanto, puedes animarte a incluir unos cuantos higos en tu dieta con regularidad.