Con el inicio de un nuevo año, millones de personas establecen propósitos para mejorar su calidad de vida. Entre los más comunes están bajar de peso y adoptar una alimentación más saludable, pero con los precios actuales, esa tarea se vuelve cada vez más complicada.
Este inicio de año, los precios de la canasta básica han aumentado. Segun datos de la Central de Abastos de la Ciudad de México el precio de carnes, huevo, leche, los cuales son de los más solicitados por la ciudadanía, son los que más han aumentado en este incio de año.
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En el caso del huevo, el precio varía según el tamaño, ya sea pequeño o grande. Un casillero de la marca San Juan cuesta 90 pesos, mientras que otras marcas se venden en 80 pesos.






En lo que respecta al precio del pollo, Lupita, una de las comerciantes del CEDA, mencionó que el costo es de 85 pesos por kilo. De acuerdo con ella, a pesar de la temporada, mantiene ese precio y asegura que vende kilos completos. Al día, logra vender entre 15 y 20 pollos.
“En otros locales lo dan más barato, pero no es completo… Aquí mantengo mi kilo en 85 pesos, la pechuga limpia la vendo en 130 pesos y la pechuga con alas, en 100 pesos”, comentó.
En cuanto a los precios de las carnes, Óscar Gabriel mantiene los siguientes precios:
- Bistec y carne molida: 180 pesos por kilo.
- Costilla para caldo: 135 pesos por kilo.
Con la temporada de tamales, los clientes buscan principalmente la carne de cerdo, cuyo precio es el siguiente: “Ahorita ha estado bajo, pero a veces se pone movido. De un 100% sube hasta un 70% o 60%”, explicó.
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Esto te aporta la carne
Para alcanzar las metas de peso y no gastar demasiado, es fundamental contar con un plan equilibrado que incluya alimentos que nutran tu cuerpo y te ayuden a lograr tus objetivos. La proteína y más la que se obtiene de la carne es uno de esos aliados esenciales.


La proteína es un macronutriente indispensable para el cuerpo humano. Ayuda en la construcción y reparación de tejidos, promueve el crecimiento muscular y contribuye a la producción de enzimas y hormonas. Además, su consumo genera mayor saciedad, lo que puede ayudarte a controlar el apetito y evitar los antojos.
La carne es una fuente completa de proteína, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede producir por sí mismo. Además, aporta una variedad de nutrientes clave como hierro, zinc, vitamina B12 y otros minerales que contribuyen al buen funcionamiento del organismo.
- Promueve la pérdida de peso: La carne magra, como el pollo, el pavo y los cortes bajos en grasa de res y cerdo, es baja en calorías y rica en proteínas de alta calidad. Esto acelera el metabolismo y facilita la quema de calorías.
- Aumenta la saciedad: Comer alimentos ricos en proteínas te hará sentir lleno por más tiempo, reduciendo la necesidad de consumir snacks entre comidas.
- Favorece la salud muscular: Una dieta rica en proteínas ayuda a mantener y desarrollar la masa muscular, lo que es esencial si complementas tu plan de pérdida de peso con ejercicio.
- Mejora el rendimiento: Los nutrientes en la carne cárnica, como el hierro y el zinc, mejoran los niveles de energía y apoyan el sistema inmunológico, ayudándote a mantenerte activo y saludable.
Consejos para incorporar proteína cárnica a tu dieta y no gastar tanto


El Consejo Mexicano de la Carne, te da estas recomendaciones para que puedas realizar una compra optimizada y tengas las cantidades adecuadas para tu dieta personal:
Compra cortes menos populares o “secundarios”
- Los cortes como muslo o pierna de pollo suelen ser más baratos que la pechuga.
- En carne de res, busca cortes como espaldilla, chamberete, falda o diezmillo, que son más económicos y sabrosos si los cocinas lentamente.
- En cerdo, considera el chamorrito o cabeza de lomo, ideales para guisos o platillos al horno.
Aprovecha los mercados locales y mayoristas
- Las carnicerías de barrio o mercados locales suelen ofrecer mejores precios que los supermercados.
- Compra en mayoreo si tienes espacio para almacenar (congela porciones para uso posterior).
Sustituye con opciones más baratas pero igual de nutritivas
- Huevo: Es una proteína animal completa y mucho más económica.
- Vísceras y despojos: El hígado, corazón, mollejas o riñones suelen ser más baratos y están llenos de nutrientes.
- Pescados pequeños: Sardinas y macarela son opciones baratas, ricas en proteínas y omega-3.
Busca promociones y descuentos
- Muchos supermercados tienen “días de ofertas” para carnes o pescados. Planea tus compras según estos días.
- Algunas tiendas bajan los precios de carne cercana a su fecha de caducidad. Si la consumes pronto o la congelas, es una excelente forma de ahorrar.
Compra con estrategia
- Compra entera y despieza tú mismo: Comprar un pollo entero o un pescado entero suele ser más barato que comprar partes específicas. Además, puedes usar los huesos para hacer caldos.
- Congela en porciones pequeñas: Si compras en grandes cantidades, divide en porciones y congela para evitar desperdicios.
Optimiza tus recetas
- Extiende las proteínas: Agrega vegetales, legumbres o granos para “rendir” las porciones de carne.
- Ejemplo: Usa menos carne molida en albóndigas y mézclala con avena, arroz o lentejas.
- Usa huesos y recortes para caldos o sopas: Aportan mucho sabor y nutrientes sin gastar en carne adicional.
Cocina según la temporada
- Algunos productos animales, como pescados o mariscos, son más baratos durante su temporada alta. Investiga qué está en temporada en tu región.
Explora proteínas vegetales
- Aunque no sean animales, combinar proteínas vegetales puede ayudarte a balancear costos:
- Frijoles, lentejas, garbanzos y soya pueden complementarse con pequeñas cantidades de proteína animal para un platillo más económico y balanceado.
Aprovecha al máximo lo que compras
- Reduce desperdicios: Usa todos los cortes, incluyendo grasa o huesos, para caldos, guisos o salsas.
- Recetas de aprovechamiento: Convierte sobrantes en croquetas, empanadas, tacos o sopas.
Plantéate cambiar hábitos de consumo
- Reduce ligeramente la cantidad de proteína animal en tu dieta semanal y compénsala con otras fuentes (huevos, legumbres). Esto puede aliviar el gasto sin comprometer la nutrición.


Además, resulta fundamental complementar tu alimentación con otros alimentos del plato del buen comer. Incluir una amplia variedad de vegetales, frutas, cereales integrales y leguminosas asegura que obtengas una gama completa de nutrientes, como vitaminas, fibra y antioxidantes, que son esenciales para el bienestar general. Este equilibrio no solo mejora tu salud digestiva, sino que también refuerza tu sistema inmunológico y contribuye a un estado de ánimo positivo.
Adoptar una dieta balanceada que incluya proteína cárnica no solo te ayudará a cumplir tu propósito de bajar de peso, sino que también fortalecerá tu organismo. Este año, ¡pon en acción tus metas con elecciones inteligentes y nutritivas! Recuerda que el equilibrio es la clave y, si es necesario, consulta con un nutricionista para personalizar tu plan según tus necesidades.
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