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Foto: Flickr

La historia del rompope y una receta de De Mi Rancho a tu Cocina

Disfruta de este sagrado elixir y conoce un poco de sus misteriosos orígenes

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Algunos prefieren tomarlo a “besitos” y otros derramado sobre su postre favorito. Lo que es cierto es que el rompope ocupa un lugar
privilegiado entre las bebidas alcohólicas típicas de México y también en los corazones de quienes habitamos en él.

Según el sitio del Gobierno de México, se desconoce exactamente el origen de este aperitivo, pero se sabe que durante la época virreinal gozó de una gran popularidad; también, que alrededor del mundo existen bebidas que comparten su base —leche, canela, huevo, azúcar y alcohol—, como el eggnog inglés o el advokaat en Bélgica y Holanda.

El producto que hoy se adquiere en supermercados y vinaterías se elabora a partir de la cocción de una mezcla que integra, al menos, los siguientes ingredientes:

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  • Leche de vaca.
  • Yemas de huevo.
  • Almendras u otro fruto seco (como la nuez, el piñón y el pistache).
  • Azúcares.
  • Almidones o féculas u otros espesantes.
  • Alcohol.

Aunque su color suele ser amarillo, puede variar según los ingredientes utilizados en su preparación. De igual forma, el rompope puede estar adicionado —o no— con otros ingredientes, como:

  • Productos vegetales (café o vainilla).
  • Saborizantes y colorantes (naturales o artificiales).
  • Aditivos permitidos por la Secretaría de Salud

Foto: Flickr

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Su lugar en la historia

Durante el periodo colonial, en la ciudad de Puebla de los Ángeles, las monjas clarisas tenían la fama de ser las mejores anfitrionas para hospedar a celebridades y personajes encumbrados de la época. Las religiosas de la congregación de Santa Clara no sólo pecaban de afables, también preparaban los más exquisitos manjares y bebidas del Nuevo Mundo; algunos, incluso, de su propia invención.

Cuenta la leyenda que una monja mestiza de nombre Eduviges era la encargada de preparar el rompope. Una bebida que, aunque hoy nos parece cándida, en aquel entonces estaba prohibida para las religiosas por contener alcohol. Por ello, de entre todas las hermanas, ella era la única autorizada por el obispo para probarlo mientras le daba sazón.

Como era de esperarse, el sabor de esta bebida era tan bueno y la curiosidad de sus hermanas tan grande, que Eduviges logró arreglárselas para convencer al obispo de que “una copita al día no le hace daño a nadie”, consiguiendo así que las otras monjas —y sus familias— pudieran probar esta bebida que en un principio estuvo reservada para la élite novohispana.

Con el paso del tiempo, la popularidad del rompope de las monjas del convento de Santa Clara se fue extendiendo por toda la Nueva España, convirtiéndose en el sustento de la congregación, junto con otras delicias como el mole, los camotes e infinidad de dulces típicos. Actualmente, se le prepara en todo el país, pero dicen que la receta original sigue siendo un secreto fuera de los muros del convento donde se inventó.

También se trata de una bebida muy popular en estas fechas, ya
sea servido como aperitivo o formando parte de alguna receta, como el flan de rompope, los helados, paletas, nieves y gelatinas; o también bañando frutas, panes o hot cakes.

Foto: Creative Commons

Receta de Rompope

Ingredientes:

  • 1 taza de leche en polvo
  • 10 huevos
  • 1 raja de canela
  • 1 ½ taza de azúcar 
  • 1 chorrito de alcohol destilado aguardiente de caña (de grado alimenticio).
  • 1 chorrito de vainilla
  • 2 ½ litros de leche 

Preparación: 

  1. Poner a hervir la leche con el azúcar y canela. Durante el tiempo que esté en el fuego la preparación, mover para que no se queme.
  2. Retirar la preparación del fuego, y dejar que se enfríe. Es importante que la leche esté completamente fría, menciona Doña Angela.
  3. Separar las claras de las yemas de los huevos.
  4. Apartar dos tazas de la leche que se está enfriando. Reservar.
  5.  Batir las yemas de huevo, agregarles ¼ de taza de la leche cuando ya esté fría. Continuar batiendo.
  6. Incorporar el batido de yemas a la mezcla de leche fría.
  7. En un recipiente amplio, disolver la leche en polvo con las dos tazas de leche que se reservaron. Mover hasta que se unifique la mezcla. No dejar ningún grumo. 
  8. Posteriormente, agregar a la mezcla original la leche en polvo que se disolvió, y añadir un chorrito de vainilla. 
  9. Poner a calentar nuevamente la olla con toda la preparación bien incorporada. 
  10. Seguir moviendo la mezcla para que no se queme ni se pegue.
  11. Agregar el chorrito de alcohol de caña cuando la mezcla esté nuevamente bien fría para que no se corte la preparación. Puedes retirar los trozos de canela, o dejarlos. 

Tip: Algunas recetas proponen que en lugar de aguardiente agreges ron o brandy a la receta.

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