La D.O.P (Denominación de Origen Protegida) es una marca registrada otorgada por la Unión Europea a los productos cuya calidad o característica dependen esencial o exclusivamente del territorio en el que fueron producidos, como el caso de los quesos Mahón-Menorca cuya historia se remonta al año 2,000 A.C.
El proceso de elaboración de estos productos, se ha mantenido durante mucho tiempo en todas las fincas menorquinas (“llocs”), siguiendo prácticas muy antiguas.
“Referirnos al queso Mahón es hablar de una parte de la cultura y costumbres de Menorca, España, que han pasado de generación en generación”, contó Piedad López, experta en quesos durante una cata exclusiva que se ofreció en un feudo de la colonia Polanco.
Añadió que los factores geoclimáticos como las características del suelo, temperatura, humedad, luz, etc, influyen en su proceso de elaboración y maduración, “estos condicionan de forma muy determinante las características finales como el aroma o sabor del queso”, explicó.
¿Cómo es un queso Mahón- Menorca?
Como parte de la experiencia gastronómica, tuvimos la oportunidad de conocer todos los elementos que conforman a estos quesos, empleando los sentidos.
De primera instancia, descubrimos que el queso Mahón-Menorca es un queso de pasta prensada, de base cuadrada pero con las esquinas redondeadas, hechos con base leche de vaca recién ordeñada, madurado según su tipo y de color anaranjado.
Existen tres quesos con diferentes características
Tierno o suave: Es de color amarillento, con una corteza poco desarrollada, blando y elástico. De aromas lácticos con leve sabor a mantequilla. Su añejamiento es de 21 a 60 días.
Semicurado: Corteza anaranjada, de pasta firme y fácil de cortar, su sabor y aroma es a lácteos más evolucionados con ciertos toques a mantequilla y frutos secos tostados como avellanas. Se madura en un periodo de dos a cinco meses.
Curado: Por su tiempo de añejamiento que es superior a los cinco meses, su textura resulta más firme y dura, es menos elástico. Los sabores y aromas son más intensos y con notas a madera.
“El queso se elabora en piezas de distintos formatos: grande, con un peso que oscila entre 2,5 y 3,5 kg en piezas medianas, de 1,5 a 2 kg y las piezas pequeñas de alrededor de 1 kg.”, comentó la experta.
Así puedes comerlo
Piedad nos dijo que no es necesario ser experto para saber cómo comer un queso D.O.P, más bien todo radica en las notas que resaltan en ellos, esa será la guía para saber degustarlo.
“El queso es un elemento fundamental de la dieta mediterránea en general y de la mesa menorquina. Se puede combinar con frutos secos o fruta, como complemento de ensalada, carne y pescado, o gratinado, es para nosotros una joya culinaria capaz de mejorar nuestros platos”, comentó.
Tierno o suave: armonizan con frutos secos y numerosas frutas frescas como las uvas, además es una excelente opción para gratinar, “si lo quieres muy a la mexicana con molletes o en un alambre”, dijo.
Semi-curado: Al ser cremoso va bien en una tabla de quesos con dátiles o pan tostado con mermelada de tomate. Asimismo para elaborar salsas o con carnes, pescados y berenjenas o para rellenos.
Curado: Va bien para la repostería, en tartas o helados, o rallado en alguna pasta o ensalada.
“Uno de los acompañantes inseparables es el vino tinto joven y ligero”, explicó.
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