El centro de la Ciudad de México es un lugar donde convergen una gran cantidad de negocios, en el cual los turistas y personas de todo tipo buscan algo para comprar. En esa ardua labor, es inevitable darse a la tarea de encontrar algo para alimentarse y seguir, a veces darse un gusto.
En la calle 20 de noviembre, casi a contraesquina del Palacio de Hierro, se encuentra un establecimiento que a primera vista resalta por la larga fila que se postra al lado de una estación de ecobici.
Es en unas pequeñas ventanitas de plástico donde, justo a un costado de un establecimiento de venta de vestidos, preparan unos deliciosos chicharrones planos con cueritos, así como un sin fin de ingredientes.
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El lugar se llama Señor Chicharrón, y su encargado, Alexis Alba Ruiz, nos cuenta que el lugar comenzó hace siete años, “fue por un sueño de Ceci y Christopher, los dueños, quienes iniciaron con una pequeña mesita con un paquetito de chicharrones”.
Alba platica que ellos empezaron a preparar los clásicos con crema, col, cueritos, jitomate, aguacate y la infaltable salsa. Fue así que poco a poco fueron agregando otros ingredientes que actualmente ostentan, por lo que con el tiempo se dieron a conocer poco a poco, con la gente que pasaba a comprar y corría la voz, lo que propició su crecimiento.
Con el paso de los años han incluido más elementos, “actualmente tenemos crema, col, cuerito, jitomate, pepino, piña, jícama, zanahoria, en cuestión de salsa hay un chilito dulce, un polvito picosito, la salsa de la casa (de tamarindo), el ajonjolí, entre otros, con los que van aproximadamente entre 14 y 15, más o menos”, dice Alba.
Aclara que él lleva cinco años trabajando para ellos, por lo que dice con orgullo que actualmente ya tienen fila, por ello han tenido que contratar a 3 personas para poder darse abasto al despachar.
Incluso para él es entretenido trabajar en el centro histórico “me gusta mucho el ambiente, hay días que están muy tranquilos como ahorita, sin carros; podemos estar cerca de los eventos que hacen en la plancha, es divertido y fascinante, pero depende de la cantidad de gente; ha habido dos o tres conciertos que hemos tenido que cerrar, porque ya no podemos ni despachar”.
Entre las dificultades que ha tenido que sortear es que muchos han buscado copiar la idea de los ingredientes que ofrecen, además que los gustos de la clientela son variables, “hay mucha gente que dice que no les gusta y al contrario, también hay quienes aprecian mucho”.
También cuenta que durante la pandemia fue demasiado duro, pero también los ayudó a protegerse y crecer, “de hecho antes de la pandemia, no teníamos el hule, y fue bueno porque eso impulsó el uso de guantes y cubrebocas, con los que se evita contaminar los ingredientes.
Otras circunstancias, aborda, es la gente extranjera, “tratamos de saber algunas palabras, por lo menos para poder preparar con lo más indispensable que son los ingredientes, es lo más básico”, incluso dice que existe clientela que llega por recomendación de la familia que vive en la ciudad y les dan referencia a la gran fila: “ahí donde hay fila, vaya”.
Y sobre la acumulación a muchos les disgusta, por lo que platicó que se junta a lo largo del día, “sobre los que nos visitan, son algo difícil de contar, entre chicos grandes se pierde la cantidad, no llevamos un número exacto”. Pese a ello recomienda esperar, ya que vale la pena degustar este fabuloso producto.
Dirección: 20 de Noviembre #35, Centro Histórico de la Ciudad de México.
Facebook: Señor chicharron
Algunos datos:
- Descansan los domingos, excepto en eventos masivos o marchas. Cierran los días festivos como el 1 de enero, el 31 de diciembre, así como el 24 y el 25 de diciembre.
- Implementaron la venta de aguas frescas a base de fruta natural y refrescos, pero la clientela se inclinó más por las aguas.
- En septiembre, le ponen unas banderitas a los chicharrones. En noviembre un dulcecito o algo significativo por el día.
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