¿Qué tanto vino se consume en nuestro país? ¿Cuáles son los hábitos de consumo de vino nacional en México? ¿De dónde se importa el vino que se consume en México? ¿A dónde se exporta el vino que se produce en la República Mexicana? Todas las preguntas anteriores son relevantes para entender la conducta de los consumidores de vino en México. Y lo anterior viene a cuento porque hace un par de semanas tuve la oportunidad de visitar la sede del Consejo Regulador de La Rioja, en Logroño, España y platicar con una amiga que se encarga de la comunicación para dicha organización.
Durante nuestra conversación me comentó lo popular que ha resultado el vino de Rioja en México y cómo ha aumentado el consumo de este en nuestro país, cosa que me resulta lógica y esperada, dada la enorme reputación que este vino y la región tienen para nosotros. En otras palabras, en México el vino español, y en especial el vino de Rioja es reconocido por la población y encabeza muchas de las preferencias porque es una bebida y una zona con la que nos podemos relacionar fácilmente. Quizá sea por lazos culturales, familiares o simplemente porque el vino de Rioja por su calidad y por lo fácil que resulta conseguirlo y disfrutarlo es que está en la mente de la gente en México cuando acude a comprar una botella.
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Luego entonces son pertinentes las preguntas que nos hacemos al inicio de esta columna sobre los hábitos de consumo de vino en México. Si bien Rioja es una apuesta segura, es interesante conocer cuáles son las preferencias de las personas en cuanto a vino se refiere. En ese orden de ideas, es verdad que nuestro consumo se encuentra muy por debajo de otros países (especialmente en Europa, si hablamos de términos per cápita o de Estados Unidos si nos referimos al volumen total), pero también es cierto que lentamente, la industria y el gusto por el consumo del vino en México han aumentado a lo largo del tiempo.
En los últimos años, el consumo per cápita se ha incrementado, de acuerdo con datos de la OIV (Organización Mundial de la Vid y el Vino, por sus siglas en francés), pero lo más importante es que la exportación de vino mexicano también ha aumentado (si bien, modestamente, es destacable la tendencia), al igual que la reputación y reconocimiento de México como un país que también es capaz de producir esta bebida con una calidad elevada. Prueba de ella son los múltiples foros, concursos y eventos donde se destaca el vino mexicano (ganando premios en muchos casos).
Por otro lado, en materia de consumo, es también una realidad que México, de acuerdo con datos de la misma organización, ha ocupado también un lugar más prominente cuando se trata de importar vinos. Ya establecimos que nuestro país no lo hace en la medida y cantidad de otros en diferentes latitudes, pero es cierto que hemos subido algunos lugares en los países importadores de esta bebida. Y aquí es donde es pertinente hacer la reflexión sobre los hábitos de consumo de vino en México, porque es precisamente por regiones y vinos como los de Rioja, que el mercado mexicano se ha vuelto más atractivo para productores y viticultores por diversas razones.
En cualquier caso, ya sea de regiones conocidas del viejo continente, del nuevo mundo o propios de México, la realidad es que los consumidores de vino mexicano están listos para seguir explorando este universo de oportunidades y México seguirá no solo siendo atractivo como mercado al exterior, sino que también habrá de posicionar aquel vino que produce, para sorpresa y deleite de muchos.
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