Por Edgar Reyes
En estas fechas de Semana Santa la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) emite recomendaciones para evitar comprar pescados y mariscos en mal estado que puedan provocar enfermedades.
La Profeco explica a los consumidores la importancia de adquirir estos productos en establecimientos certificados y sobre todo en negocios limpios.
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Pescados
Compra en establecimientos limpios: Busca comprar pescados y mariscos en establecimientos que cuenten con las condiciones adecuadas de higiene, así como refrigeradores y congeladores que garanticen la frescura del producto.
Compra hasta el final: Tanto pescados como mariscos son productos alimenticios que se descomponen con mucha facilidad, más en temporada de calor, por ello pide dejar la compra al final, ya que esto permitirá que el producto mantenga el frío necesario hasta llegar a casa y ser preparado.
Almacena en refrigerador: La Profeco recuerda que estos alimentos perecederos, por lo general pueden mantenerse hasta tres días en el refrigerador en óptimas condiciones para el consumo, después de haber sido adquiridos.
Compra de temporada: Al momento de realizar la compra de pescados y mariscos se opte por comprar especies de temporada, ya que son las más frescas y tendrán un precio más accesible.
Verifica sus ojos brillantes: Otra de las recomendaciones es, al momento de comprar checar que los pescados tengan los ojos brillantes, transparentes y un poco resaltados.
Checa aspecto húmedo: Además de que un pescado en buen estado debe tener un aspecto húmedo y textura firme de la carne, y la piel deberá tener una apariencia lisa y brillante, sin arrugas ni manchas. Asimismo el olor debe ser fresco ya que si se llega a percibir un olor fuerte y extraño es una señal de que el producto ya está en proceso de descomposición.
No olvides buscar sus víceras: El pescado tampoco debe contener vísceras, ya que éstas pueden estar perforadas y contaminar el producto.
¿Y los mariscos?
Camarones: La cabeza del crustáceo debe presentar un aspecto translúcido y el resto del cuerpo no debe tener manchas oscuras, la carne debe estar firme y el caparazón tiene que ser resistente y brillante.
Ostiones, mejillones y almejas frescas: la concha debe estar cerrada, pero si está abierta ligeramente ésta debe cerrarse al tocarla. El líquido que poseen tiene que ser abundante y de color claro.
Calamares y pulpos: Su frescura debe notarse en su carne firme y un color entre blanco nacarado y blanco rosado, además de que tienen que presentar un ligero brillo.
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