Hace unas semanas escribí sobre los diferentes tipos de vino y mencioné que había con gas, sin gas y fortificado; y aunque el vino sin gas representa más del 90% del vino que se comercializa y se consume en el mundo, la realidad es que la tendencia actual y lo que está de moda es el vino burbujeante.
Decía un maestro que tuve que, en alusión a los productores de vino, si alguien quería vender vino en el mundo de hoy, tenía que enfocarse en el vino rosado y en el vino espumoso (y si el rosado es además burbujeante, mejor aún).
Pues bien, quiero hablar del vino espumoso y platicar sobre cuáles son los estilos y los más famosos. Comenzaré por hacer alusión al nombre de Champagne, pues para mucha gente este es sinónimo de vino espumoso, pero técnicamente es incorrecto. La champaña ciertamente es un vino con gas que proviene exclusivamente de la zona de Francia del mismo nombre, en los alrededores de la ciudad de Reims. La característica principal de este vino es que está hecho con el proceso o “método tradicional”, que no es otra cosa que re-fermentar el vino en la botella (sellada a presión) para que el gas que se libera en este proceso se disuelva en el vino. De esta forma se logra que el vino se vuelva burbujeante. ¿Qué otros vinos se fabrican de esta manera? Todos los espumosos de Francia pero que fuera de la zona de Champagne se les conoce como “Crémant” (de Alsace, de Loire, de Bourgogne, etc.). Están hechos con el mismo método y de la misma forma, pero como ya comentamos, legalmente no pueden llamarse champaña porque no provienen de esa región.
En otros países también se fabrica vino espumoso con este método, por ejemplo en España, solamente que allí se le conoce como “Cava” y está hecho con diferentes varietales de uva en la región de Cataluña, en los alrededores de Barcelona. A diferencia de Champaña, donde se utilizan las uvas Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier, en España se utiliza Macabeo, Parellada y Xarel-lo. ¿Cuál es la característica principal de este “método tradicional”? Además de lo mencionado sobre la botella a presión, es el sabor que adquiere por efecto de las levaduras, que le dan aromas y sabores de cereal, granos y pan. En Sudáfrica, Estados Unidos y Australia también se fabrica vino espumoso de esta forma.
Por último, hay otro tipo de vino espumoso en Italia que se llama Prosecco, que se fabrica en la región del Veneto, en el noreste de la península que forma aquel país. A diferencia de los anteriores, el Prosecco está hecho de forma diferente, pues utiliza un proceso llamado “Charmat” o “fermentación en tanque”.
Básicamente el principio es el mismo: se fermenta el vino por segunda ocasión a presión, pero en este caso se hace en un tanque de muchos litros a diferencia de la botella. Esto genera menor presión del gas en el Prosecco y sabores más afrutados (no aquellos de cereales y granos que describí anteriormente). El Prosecco es un vino sumamente popular hecho con la uva llamada “Glera” y, como dato curioso, legalmente se acaba de aprobar la posibilidad de fabricar Prosecco rosado: ¿les suena familiar con las tendencias actuales?
Al final del día, el vino espumoso representa triunfo, celebración, festejo; qué mejor pretexto para disfrutar el que más nos guste este fin de semana. ¡Salud!
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