Con el ánimo de promover el reciclaje y aprovechar al máximo los elementos del tamal, recurrimos a algunos chefs para que nos dieran sugerencias de lo que se puede hacer con las hojas que lo envuelven. Esto lo puedes considerar después de la tamaliza o cualquier día de antojo, luego de comer una guajolota. ¡Hay vida después de liberar al tamal!
Contexto del envoltorio y qué hacer con ellas
“El origen de los tamales es en la época prehispánica, la masa se envolvía en la hoja de maíz para su mismo consumo dentro de la hoja, es por esto que se puede romper en vertical. Este platillo era preparado para ocasiones especiales y también era parte de un agradecimiento a la tierra por los productos que esta nos ofrece”, cuenta el cocinero Luis Alfredo Elizarrarás Esquivel.
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El chef Juan Aquino, del restaurante Xuva sugiere reutilizar las hojas de tamal que se conserven en buen estado, “estarán más suaves y facilitarán su uso”, comenta. Nos dice cómo darles más vida:
1. Puedes utilizarlas para decorar macetas y evitar el escurrimiento de agua, solo se deben colocar debajo de macetas; sobre ellas va la tierra y el cultivo
2. Decoración de manualidades, aunque es un proceso más tardado
3. Como envoltura de un regalo pequeño
4. Para composta, dejarlas secar y revolver con hojas de árbol y la tierra
Por su parte, el chef Jorge Gordillo del restaurante Tarumba, mostró que utilizan la hoja de plátano para envolver los cubiertos e incluso como camino en la decoración de la mesa; pero, además, comparte un tip emplearlas en la elaboración de la salsa.
“Nosotros utilizamos las hojas cuando hacemos una salsa de tomatillos silvestres rojos y verdes. Ponemos la envoltura en el comal y eso le da un aroma diferente, un sabor espectacular”.
Además, contó que han contemplado usarlo para sus menús, a modo de carta, pero es un proceso lento y más costoso.
Más ideas
Por su resistencia y color, las hojas pueden ser la base decorativa en platos para presentar aperitivos o postres. Le agregarán un toque de autenticidad y color a la presentación de tus platillos.
Hay proyectos que decidieron dejar atrás los platos para servir su comida sobre hojas de tamal, por ejemplo, los esquites del elotero Ismael, en Santo Domingo Oaxaca. Desde que se implementó la ley de residuos sólidos opto por la hoja de maíz que es orgánica y totalmente amigable con el medio ambiente.
Además, como un dato extra, artesanos mexicanos han empleado desde tiempos remotos, la hoja de maíz como material para elaborar piezas tradicionales como son las mulitas, en fechas de Corpus Christi.
Manejo adecuado
Considera los siguientes consejos para el tratamiento de este residuo.
– Límpialas cuidadosamente para quitar cualquier residuo de masa o relleno. Puedes hacerlo con agua y un cepillo suave.
– Una vez que las hojas estén limpias y secas, guárdalas en un lugar fresco y seco.
-Puedes apilarlas y guardarlas en un recipiente hermético para protegerlas de la humedad y los insectos.
-Antes de volver a utilizar las hojas, es posible que necesiten ser rehidratadas para que estén flexibles y fáciles de manejar. Puedes sumergirlas en agua caliente durante unos minutos antes de usarlas nuevamente.
-Asegúrate de que no tengan ningún signo de deterioro o moho. Si encuentras alguna hoja dañada, es mejor desecharla.
-Ten cuidado al extenderlas y doblarlas, pueden volverse quebradizas con el tiempo.
Un pueblo de hojas de tamal
Desde hace varios años, habitantes de la comunidad de Santa Isabel Mixtitlán, perteneciente al municipio de Calpulalpan, Tlaxcala se han dedicado a la producción y venta de hojas para tamal; sus productos los comercian principalmente en el municipio de Texcoco (Estado de México) y en el estado de Hidalgo.
Al respecto, Francisco Rodríguez Muñoz, originario de esta comunidad y quien desde hace más de 40 años se dedica a esta práctica, mencionó que este producto es aceptado y demandado en grandes cantidades, pues la elaboración de los tamales se da en toda la entidad y lugares circunvecinos.
Detalla que, durante la cosecha de la hoja, lo apoyan su esposa y su hija, de este modo logra producir alrededor de 40 rollitos diarios, con 100 hojas por cada rollo, los cuales vende en 29 pesos durante los meses de noviembre, diciembre y enero.
“Si los llegamos a vender este año en 30 pesos sería bueno para nosotros, porque el trabajo es pesado, pues hay que irse al campo a las seis de la mañana a ‘despencar’ para que la hoja esté fresca y no reseca, y así a las 11:00 horas hayamos regresado”, indicó.
Finalmente, refirió que gracias a esta actividad no le ha sido necesario salir a buscar otro trabajo, pues cuando la temporada es buena puede vender hasta 800 rollos, aunque afirmó que al final de este periodo muchas veces baja el costo y puede llegar a valer 25 pesos porque la competencia es mucha.