Si gastaste de más el fin de año en regalos y reuniones, y estás alargando tus últimos billetitos para sobrevivir el mes… o el año, no te preocupes, pues te traemos una manera sencilla, deliciosa, mexicana y económica de cuidar tu bolsillo.
Se trata de uno de los platillos más populares y representativos de las cocinas mexicanas. Su ingrediente principal, suele ser el chile poblano, aunque también puede variar entre otros tipos de chiles como el serrano, jalapeño, guajillo, ancho, pasilla o chipotle.
De acuerdo con el sitio oficial del Poder del Consumidor, la historia de este reconocido platillo mexicano data del siglo XVI. Es resultado de la fusión de ingredientes mesoamericanos y otros traídos de España. En este caso del chile, utilizado por los indígenas, y el queso, carne o atún, consumidos por los europeos. Es originario del estado de Puebla y adquiere su nombre característico al ser preparado con chile poblano.
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Beneficios de comer chile poblano
Ayuda a las personas con diabetes: La fibra que contienen los chiles, ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre.
Reduce el colesterol: Es el auxiliar ideal para reducir el colesterol que se acumula en las arterias. Además, disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Es anticancerígeno: Esto se le adjudica gracias a sus vitaminas, antioxidantes y su gran cantidad de capsaicina (sustancia que se encuentra en los chiles y es relacionada con afectar las células nerviosas de la piel que ocasionan dolor).
Un informe publicado en el Cancer Research descubrió que la sustancia antes mencionada se una con una proteína en la membrada, provocando así que las células cancerígenas se suiciden.
Ayuda a la perdida de peso: Además de contener pocas calorías, incluye un compuesto que acelera el metabolismo y reduce el hambre debido a que la capsaicina, la cual también ayuda a la estimulación de los jugos gástricos.
Refuerza el sistema respiratorio: Previene gripas e infecciones gracias a su alto contenido de vitamina C.
Cuida la piel: Contiene vitamina A, útil para el cuidado de la piel y la visión. También tiene propiedades antioxidantes.
¿Por qué es barato cocinar chiles rellenos?
El sitio oficial de la Secretaría de Economía, señala en su lista de precios que el costo máximo promedio de un kilo de chile poblano, es de $55. Mientras que en la Central de Abastos, el kilo de jitomate está en $42.90, $55 el kilo de huevos y el cuarto de queso canasto en $47.25.
Haciendo la suma total, quizá no te suene barato, pero es importante mencionar que del kilo de chiles, pueden salir hasta diez piezas, y para hacer el capeado, únicamente necesitas aproximadamente 3 huevos.
Además de que el costo puede variar en función del alimento con el que se rellene y del lugar donde se compre. En una fonda típica puede costar $80 – $120 pesos en una comida corrida, y hasta $150 – $250 pesos en un restaurante. O si lo pides como taco de guisado puede costar desde $30-$50 pesos aproximadamente.
Receta tradicional de chiles rellenos en caldillo de jitomate
Ingredientes (para 6 porciones):
Para los chiles:
6 chiles poblanos grandes.
300 g de queso fresco o queso Oaxaca (puedes usar otro queso al gusto).
3 huevos (separar claras y yemas).
1 taza de harina (para empanizar).
Aceite vegetal (para freír).
Para el caldillo:
6 jitomates maduros.
1/4 de cebolla.
2 dientes de ajo.
1 ramita de epazote (opcional).
2 tazas de caldo de pollo (o agua con un poco de consomé).
Sal y pimienta al gusto.
Modo de preparación:
1 ) Asa los chiles poblanos directamente en la flama, en un comal o sartén, volteándolos hasta que estén completamente quemados por fuera.
2 ) Colócalos en una bolsa de plástico o tápalos con un trapo húmedo para que suden durante 10 minutos. Esto facilitará quitarles la piel.
3 ) Pela los chiles con cuidado, haz un corte longitudinal y retira las semillas y venas.
4 ) Rellena cada chile con queso fresco u Oaxaca (o el de tu elección).
5 ) Cierra los chiles con palillos para que no se abran al freírlos.
6 ) Bate las claras a punto de nieve y luego agrega las yemas una por una, batiendo suavemente para integrar.
7) Pasa los chiles rellenos por harina, sacudiendo el exceso, y luego sumérgelos en el huevo batido.
8 ) Calienta suficiente aceite en una sartén.
9 ) Fríe los chiles uno por uno hasta que estén dorados. Colócalos sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
Para el caldillo:
1 ) Licúa los jitomates con la cebolla, el ajo y el caldo de pollo.
2 ) Cuela la mezcla y viértela en una olla con un poco de aceite caliente.
3 ) Cocina a fuego medio hasta que espese ligeramente. Agrega sal, pimienta y el epazote.
4 ) Coloca los chiles rellenos en el caldillo y caliéntalos a fuego bajo por unos minutos.
5 ) Sirve caliente, acompañado de arroz blanco o frijoles refritos.
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