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Revolución Mexicana: Qué comida le debemos a las adelitas

Descubre la manera de preparar los alimentos que surgió en la Revolución Mexicana

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La comida ha estado presente a lo largo de la historia nacional, incluso cuando el contexto era complejo, como la Revolución Mexicana. Las adelitas son tal vez el referente culinario de este movimiento político-social; se sabe que ellas, entre otros roles en la batalla, estaban a cargo de la comida.

Respecto a este grupo de mujeres, Patricia López Gutiérrez , académica de la Universidad del Claustro de Sor Juana detalla que también participaron de otras maneras, que con el paso del tiempo se ha ido desvelando a través de diversas investigaciones, para favorecer la historiografía sobre las mujeres mexicanas, pero ¿cuáles eran las prácticas gastronómicas de aquella época? ¿cuáles eran sus técnicas para cocinar o qué platillos se dieron a conocer?

“La pauta alimentaria, culinaria y gastronómica de México seguía todavía mucho el estilo francés, hay que recordar que acaban de pasar 34-36 años del Porfiriato y que el paradigma de la cocina en ese en ese momento, en nuestro país, era Francia. Por supuesto a este tipo de cocina, solamente tenía acceso la clase alta”, menciona la especialista.

Efectivamente, las mujeres eran las encargadas de la cocina y preparaban en equipo lo que podían con los ingredientes que tenían a la mano, “a veces ni siquiera les llegaban los insumos y ellas tenían que conseguir en el campo, arrancando las plantas y los frutos directamente. Tenían que comprar o robar”.

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Foto. Creative Commons

¿Qué cocinaban las mujeres durante la Revolución?


La especialista cuenta que fueron platillos que pasaron a formar parte de la cocina nacional, unos 20-30 años después de este capítulo de la historia.

La mayoría elaborados con maíz, con chile y muchos de ellos servidos en frío. Hay algo bien interesante al respecto, no se podía cocinar tan libremente durante el movimiento revolucionario porque cocinar a campo abierto significaba hacer una fogata y bueno la fogata levanta humo, entonces si se levanta el humo podrían dar su ubicación. Se evitaba eso y se procedía a hacer cocciones debajo de la tierra o se preparaban muy en la madrugada.”

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Las tortillas son muy importantes también, pero no solo como alimento: “en el movimiento revolucionario también se convirtió en una cataplasma. Grandes tortillas se ponían sobre heridas en lugar de vendoletes o vendas para impedir la infección de heridas, o sea directo en la piel. Protegían y cubrían, protegía de la infección mientras que se atendía, en lo que se podría atender con medicamentos y artículos indicados y bueno, en ese momento hasta perder la vida por alguna infección.”.

Foto. Creative Commons

Existen historias orales, pero no un registro oficial de los platillos que pudieron surgir durante la Revolución.

“Estas mujeres están por supuesto más ocupadas en otras cosas que hacer un registro escrito de lo que acostumbraban preparar. A este movimiento, como en muchos otros movimientos bélicos en el país y en el mundo, lo que los envuelve es el mito o la leyenda (…) Yo he escuchado algunos registros del habla, es decir, historia oral en las que se mencionan, por ejemplo, sopa de fideo, tacos de sopa de fideo, arroz rojo, que después se conoció como arroz a la mexicana, es decir, arroz rojo con chícharos y zanahorias- los tacos de quelites; comidas sencillas, rápidas que igual saben bien calientes que frías.”

“Por ejemplo, un alimento o un platillo muy importante durante la Revolución Mexicana, pero al norte es la discada que se preparaba en el rin, como un tapón de los tractores. Ahí se guisa la carne con diferentes vegetales. Tenían que hacer uso de lo que tuvieron a la mano, no hay oportunidad de la compra, se están moviendo continuamente, pero sobre todo no hay oportunidad de comprar, entonces lo que hay es de lo que se echa mano para poder preparar. Me imagino a estas mujeres revolucionarias a las Adelitas con esos grandes cargamentos que tenían que llevar a cuestas. Ellas tienen muchas responsabilidades”, enfatiza la académica.

Foto. Creative Commons

El arroz y  bebidas, después de…

“Si anteriormente un plato de enchiladas o un plato de envoltorios bien servidos y de arroz rojo no era popular, no alcanzaba a toda la sociedad mexicana y estaba deslindados de estos platillos, después de la Revolución Mexicana, llegaron a los grandes restaurantes de México”.

Respecto a las bebidas alcohólicas, la académica del Claustro de Sor Juana, nos cuenta que fueron tres los más importantes: el sotol, el mezcal y el pulque, este último es importantísimo. Además, se servían en guajes, calabazas y cañas ahuecadas.

Para saber

La comida, mejor en frío

De acuerdo con la académica, se consumían los alimentos en frío y destacaban sopas de pasta, frijoles y salsas o moles sencillos que le dieran sabor a animales que se cocinaban, por ejemplo, gallinas, ajolotes incluso ratón de campo. “En el momento de guerra independientemente de que estemos hablando de la Revolución Mexicana todo, todo animal es objeto de ser llevado al fogón. No hay mucho tiempo para la clasificación (…) la preparación de quelites también es muy importante en este momento porque son plantas silvestres que se pueden encontrar en cualquier lado. Se toman, se cuecen con un poco de sal, en una tortilla y ya.”

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