Abrir el gran telón morado en la entrada del nuevo restaurante de la chef Gaby Ruiz emociona. Te hace sentir que estás por cruzar un umbral, abrir un libro, descubrir un tesoro o entrar a un escenario. Y puede ser todo eso. Para llegar a él, la cocinera tuvo que esperar bastantes años. Cuenta que anhelaba tener un restaurante en la colonia Roma y aunque es feliz de que suceda, “demorar” en establecerlo le inspiró para nombrarlo así: Carmela DeMorada.
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La oportunidad de arrancar el proyecto llegó a las pocas semanas de que la chef y su pareja supieran que se convertirían en padres, por eso está dedicado a su hija, Martina. Sin saber, la pequeña contribuyó con antojos, pues parte del menú surgió a partir de lo que Gaby deseaba comer durante el embarazo fue, “de chile, limón y lágrimas de alegría”.
Los antojos se sienten en el ceviche con maracuyá y pepino, en el muy tabasqueño puchero, pero en versión croquetas con puré de plátano y cebollas encurtidas; en la combinación de los sopes que se sirven encima de un aguachile con camarón o el paté de hígado y lengua que llegan en frascos a la mesa, listos para untar.
“Un antojo muy de Gaby, ácidos, vegetales, hojas… un taco de hojas que va acompañado de una mayonesa vegana y una salsa de chile guajillo”, comenta Jorge o Cookie, chef ejecutante.
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También es morada
El concepto e interiorismo de este nuevo restaurante es innovador, elegante, respetuoso con los materiales y con un poder evidente desde su paleta de color hasta la cocina abierta de azulejos rosas; tiene encanto desde la fachada y un montón de cosas por contar, con ganas de escuchar qué dicen los materiales o qué hablan las paredes.
“Cuando llegamos aquí, hubo varios factores que nos inspiraron y nos ayudaron a decir: aquí va a ser el nuevo Carmela. De entrada, ustedes van a apreciar una chafada catalogada de principios de siglo, una joya a nivel humanidad que queríamos destacar e integrar”, contó la diseñadora Estefanía Araiza.
Explicó también más sobre el nombre del restaurante, que va del tiempo que le tomó a la chef cumplir el sueño de tener un espacio en la colonia Roma; así como los colores en las columnas a lo largo del edificio con un pimiento esencial de color morado.
“Todos los que tenemos la fortuna de vivir en esta ciudad, entre el caos, el tráfico, los temblores, cada vez valoramos más nuestro hogar. Para algunos nuestra casa somos nosotros mismos, y lo que queremos es que Carmela Demorada se vuelva esa morada, un lugar de resguardo, un paraíso en donde encontremos un poco de paz, y que no importa que lleguemos un poquito tarde, comimos y nos vamos con el corazón, el estómago y la mente llenos de amor”, señaló Araiza.
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Además, los muros están hechos con tierras naturales, como una especie de retorno a la sabiduría de las plantas y los ingredientes. Enfatizó que la cocina es de lo más importante y en muchas ocasiones ni se ve, por eso, la destacan y la sacan. Todos los asistentes la pueden ver en su visita y maravillarse con la acción o destreza del personal. Es del color rosa y, como dice la diseñadora, aunque muchas veces se encasilla con lo femenino y delicado, también tiene fortaleza femenina: “fuego, pasión, sal, acidez…”
¿Qué más puedes pedir?
“Monchosas, mezclas raras que ni yo entendía, pero al final tenían sentido cuando las probaba. Entonces eso es lo que van a tener. Un proyecto que me tiene feliz porque es una mezcla de ser mamá, que es la mejor cosa que me ha pasado en mi vida, y la más difícil también”, compartió la chef Gaby respecto a sus platillos. Aquí te contamos algunos destacados:
-Ensalada de papaya verde que lleva hierbabuena, vinagreta de soya-limón y cacahuate
-Tacos de hojas frescas rostizadas-fritas, aguacate, salsa romesco y mayonesa
-Aguachile de camarón con sopes de chorizo y papa
-Salpicón de atún con pulpo a la parrilla
-Risotto con jocoque, queso parmigiano y pollo con miel de mole.
-Mojarra frita con sofrito, mantequilla de ajo, frijoles y guacamole.
Respecto a los postres. Gaby contó con el apoyo de los chefs Fer Prado, Jesús Escalera, Xano Saguer y Mauricio Ocaña porque fue justo cuando nació su hija.
Son cuatro, pero los favoritos son las nenucas: naranja con tapioca y crema de coco vegano —así les pusieron porque se parecen a las cabezas de un bebé—; sin olvidar el Soraya, un pastel de chocolate, crema de avellana y caramelo salado que tiene un par de pétalos para darle el toque de color.
Datos extra
– La salsa macha que sirven no pica
-Tienen cocteles con destilados mexicanos, vino nacional y francés
Dónde
San Luis Potosí número 134, colonia Roma Norte
Tiene valet parking en el estacionamiento propio del mismo edificio
Previa reservación
Redes sociales: @carmelademorada