Cada viñedo tiene su historia y legado que busca preservar entre sus nuevas generaciones, tal es el caso de la bodega Familia Torres, que ha conseguido el primer puesto por sexta vez en las doce ediciones del ranking mundial y continúa encabezando la lista europea Most Admired Wine Brand in Europe.
Desde hace más de 150 años, la Familia Torres refrenda su respeto por la tierra y el medio ambiente, así como su compromiso con la tradición y la innovación para continuar no sólo como un referente, sino como un participante activo en la difusión de la cultura del vino y que ahora está de manteles largos al presentar cuatro añadas que disfrutarán los apasionados de la viticultura y del buen vivir.
“Con una historia contada a través de cinco generaciones que se han dedicado a cuidar y trabajar las pródigas tierras del Penedès para lograr la excelencia, hoy compartimos con orgullo la extensión de nuestra familia con las nuevas añadas y que cada una tiene un carácter excepcional que demuestra nuestra obsesión por producir vinos memorables”, contó, Joelle Marti, Global Prestige Wine Manager durante la comida-maridaje que se realizó en Blanco Castelar.
Para el maridaje y presentación de las nuevas añadas de la Antología Miguel Torres realizó de la mano del chef español Gerard Bellver quien preparó un menú especial que “reflejan la nueva etapa de la bodega al producir vinos que cuidan del medio ambiente”, dijo el chef.
Así se degustaron los vinos
La experincia comenzó con un Kampachi de Baja, leche de tigre almendrado con chile güero.
Se maridó con el vino Milmanda 100% chardonnay. “Tras una rigurosa selección de las mejores uvas, el vino envejece durante cuatro a seis meses en barricas de 300 litros 50% de roble nuevo francés con una posterior crianza en depósitos durante 10 meses sobre lías en depósito”, explicó Marti.
El segundo tiempo fue un tiradito de wagyú curado con infusión de chiles toreados, “Digamos que es una especie de carpaccio muy mexicano, tiene rebanadas de carne wagyu de Durango curadas en sal, acompañadas por una infusión de chiles toreados muy pooc picantes, láminas de champiñón crudo y puntos de puré de ceniza de chiles”, contóBellver.
Este plato se acompañó de Mas la Plana, un vino tinto cabernet sauvignon, “Este vino se obtiene con una fermentación en acero inoxidable y fudres de roble bajo control de temperatura con una extracción muy suave. El vino envejece durante 18 meses en barricas de roble francés”, se explicó.
La experiencia siguió con un cordero al carbón con adobo ligero de hongos maridado con la etiqueta Grans Muralles, que tiene una mezcla de variedades: garnacha, cariñena, querol, monastrell y garró.
“El nombre de este vino hace referencia a las murallas que protegían el monasterio de Poblet de las guerras y mercenarios. Tras un siglo de la plaga de la filoxera, Familia Torres consiguió recuperar variedades autóctonas extinguidas como la garró y la querol utilizando modernas técnicas de viticultura. Estas variedades unidas a la garnacha, la cariñena y la monastrell conforman el espíritu de este vino único que refleja tantos siglos de tradición vitícola de nuestro país.”, comentó la experta.
Posteriormente se degustó un short rib con salsa de chipotle ahumado y elote amarillo salteado, “Es una costilla guisada al vino tinto, la salsa resultante se mezcla con un mole corto de chipotle tatemado y un toque de piloncillo, se acompaña con un picadillo de cebolla morada con nopal curado y elote amarillo salteado”, compartió Gerard.
El platillo se maridó con Perpetual un vino de variedad Cariñena y garnacha.
Lee también
- ¿Tacos con vino? Sí es una buena combinación
- Conoce la historia de la primera vinícola de Guanajuato
- Pasa el fin de semana entre viñedos de Querétaro
Si quieres actualizarte sobre las novedades gastronómicas, no olvides escuchar nuestro Podcast de Aderezo que ya se encuentra disponible:
Te invitamos a visitar nuestro perfil de Instagram: