“Cuanto más alabas y celebras tu vida, más hay en la vida para celebrar” sabias palabras de Oprah Winfrey para expresar un poco de lo que el empoderamiento significa, eso que suena por todas partes y que a pocas nos resuena. Sí, empoderarnos como mujeres parece estar de moda, pero ¿qué es?, y ¿cómo nos acompaña el té en este proceso?
El empoderamiento es el proceso por medio del cual se dota a un individuo, comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su situación social, política, económica, psicológica o espiritual. Claramente no se habla de pelear en contra de la sociedad, el sistema ni de los hombres, sino encontrar esas herramientas para lograr nuestro máximo potencial y conocer nuestro verdadero valor en este mundo.
Y sí, quizás esté pensando que hablo desde mi privilegio y que por ello trato de buscar lo positivo de esta precaria situación en la que vivimos como humanidad. La realidad es que a lo largo de los años he descubierto que al destinar todo mi tiempo y recursos para que los demás reconozcan mi valor, descuido mi energía, eso que solo yo tengo el poder de fortalecer día a día, y con ello dejo de celebrar y proteger lo más importante que tengo, mi propia vida. El camino siempre será sinuoso, nos encontraremos con personas que nos menosprecien por una y mil razones y otros tantos que nos quieran ver fracasar. Pero aún dentro de esa oscura realidad, existen destellos de luz que nos apoyarán durante el camino y uno de ellos, somos nosotras mismas.
Una de las grandes enseñanzas que he recibido de la Camellia Sinensis es que “Bebemos té para olvidar el continuo estruendo del mundo” pero a su vez, para perdernos y reencontrarnos, para dejar de buscar nuestra mejor versión y empezar a construirla. Te comparto un pequeño pero poderoso ritual con té para celebrarnos como mujeres y viajar hacia nuestro centro de poder. Este ritual de empoderamiento, debemos realizarlo en un lugar seguro, sereno y limpio energéticamente, para lo que puedes usar salvia o incienso. Elige entre las siguientes tipologías de té:
- Té negro para trabajar el merecimiento, la estima y el empoderamiento. Acompáñalo con el mantra RAM
- Té verde para amor, gratitud y perdón. Acompáñalo con el mantra YAM
- Té oolong para fuerza de voluntad, verdad, coherencia y palabras bien intencionadas. Acompáñalo con el mantra HAM
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Acompáñate de los 4 elementos: fuego con una vela, aire con incienso, tierra con tu té favorito y obviamente, agua. Arma tu chaxi (espacio y display para preparar el té) con la idea e intención de un altar. No olvides agregar tus elementos de protección y anclas energéticas como tea pets, cuarzos y piedras. Una vez que todo esté en su lugar, siéntate cómodamente frente a tu altar, coloca la mano izquierda sobre tu corazón y encima la derecha.
Cierra los ojos y regálate 5 respiraciones profundas, visualiza cómo una luz dorada entra por tu coronilla y recorre cada parte de tu cuerpo, empezando por tu cabeza y concluyendo con los pies. Con cada exhalación imagina un humo negro que sale por tu nariz, con todo tus miedos, dudas y preocupaciones.
Observa como tu cuerpo se vacía y aligera, dejando más espacio para la luz dorada. Pide a los elementales que te acompañen en este recorrido hacia tu interior.
Abre los ojos, vibra el té repitiendo 5 veces el mantra correspondiente y prepara el té. Mientras bebes el té, repite Yo soy valiosa, yo soy fuerte, yo soy capaz y agradezco mi infinito poder interior. Piensa en ese algo que hayas logrado, agradécete y celébrate por ello. Deja un poco de té al finalizar la sesión, como ofrenda de gratitud a las energías que te están apoyando Lleva contigo el elemento de protección energética (tea pet, cuarzo o piedra) como recordatorio de lo poderosa que eres.
El recorrido apenas comienza, poco a poco se irá develando nuestro poder. Es importante que cada vez que lo hagamos celebremos un logro con un cuenco de té en mano, por más pequeño que parezca… porque donde hay té, hay esperanza.