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¿El chile habanero es realmente mexicano? Se revela el origen

Conoce la fascinante historia de cómo este ícono de la gastronomía yucateca llegó a nuestro país y se convirtió en un símbolo nacional

En la mayoría de los países del mundo, sino es que en todos, existe un popular sentimiento de orgullo nacionalista que nos hace levantar el pecho con fervor y, por un instante, posicionar imaginariamente a nuestro país en la cúspide más alta de la escala global. Este sentimiento nos hace sentir poseedores de una verdad absoluta, convirtiéndonos en jueces y parte de nacionalismos intensos.

Personalmente, cada vez soy menos favorable a los nacionalismos. Me he dado cuenta de que las versiones de la historia o de diversos sucesos que han marcado el rumbo de nuestra sociedad han sido contados e interpretados a través de los ojos del vencedor de turno. Raramente llegan hasta nuestros oídos las versiones reales de lo que sucedió, sin reinterpretaciones ni intereses añadidos.

Conforme se van desmoronando estas versiones que resultaron no ser verdaderas, se abren las puertas para buscar otro acercamiento a los mismos sucesos, pero esta vez con un ojo crítico mucho más desarrollado, que no cae fácilmente en versiones simplistas o caricaturescas de la verdad.

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Símbolo de identidad mexicana

En el tema del picante pasa algo similar. Es bien sabido que los chiles y el picante forman parte de ese repertorio de elementos que nos hacen levantar el pecho como mexicanos y sentirnos orgullosos de nuestro país y nuestra cultura. Salimos al extranjero buscando las salsas picantes locales para extrañar un poco menos a nuestro país y, de paso, hacerle ver al foráneo que sus salsas no pican para un paladar de calor y fuego como el nuestro.

Nos envolvemos en la bandera del picante para defender nuestra gastronomía de aquellos incapaces de encontrar placer al experimentar el ardor de la capsaicina en nuestras bocas. Por un momento, damos por sentado que no puede haber lugar más picante que nuestro tan querido país. Orgullo total.

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Desmitificando el chile habanero

Pues bueno, lamento tener que ser yo quien desmitifique ciertas cuestiones en torno al picante, y espero que a ti no te duela tanto la sorpresa de conocer la verdad como me dolió a mí. Sin mayores rodeos, vamos al grano: el chile habanero.

Ese chile casi bendito en la comida yucateca, el referente por excelencia de picor elevado y sabor afrutado, aquel del que se dice que no genera irritación estomacal como los otros chiles, y aquel que por muchos años fue el único chile en nuestro país con denominación de origen. Pues te tengo una noticia: el chile habanero no es un chile de origen mexicano, pero ni de cerca.

¿Acaso el solo hecho de escuchar su nombre no nos hace dudar de la mexicanidad de este chile? ¿Es acaso un chile tan habanero como Celia Cruz? ¿Por qué habríamos de llamar a un chile con el nombre de una ciudad extranjera? ¿Acaso no tenemos suficientes ciudades notables en nuestro país de las cuales pudiéramos tomar algún nombre? Pues sigue leyendo, porque la historia es fascinante. De esas que, si no estuvieran documentadas, difícilmente serían creíbles.

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Una sorpresa histórica ¿De dónde es realmente el chile habanero?

Empecemos por el principio: no existen registros del chile habanero en México hasta inicios del siglo XX. En pocas palabras, el chile habanero lleva poco más de 120 años en nuestro país. Es un bebé de pecho en esta tierra si lo comparamos con la antigua historia de los chiles en México, que se remonta hasta los 5 mil años antes de nuestra era. Ni siquiera existe un nombre en maya o en náhuatl para él. ¿No te parece fascinante pensar que en tan solo 120 años el chile habanero se volvió fundamental en la gastronomía e identidad de nuestro país?

La realidad es que el chile habanero pertenece a la familia de los Capsicum chinense, originarios de América del Sur, más específicamente del territorio que hoy comparten Perú y Bolivia. De esta familia de chiles provienen los chiles más picantes del mundo, como el Ghost Pepper o el Bhut Jolokia. Incluso se utilizan como base para desarrollar deliberadamente chiles con altísimos niveles de capsaicina, como el Carolina Reaper.

Y si su origen es sudamericano, ¿por qué en nuestro país tiene el nombre de la capital cubana? La respuesta es porque se cree que fue justamente desde Cuba que el chile habanero fue introducido a México a inicios del siglo XX.


 En pocas palabras, lleva poco más de 120 años en el país. La historia de los chiles en México se remonta hasta los 5 mil años antes de nuestra era

— Fernando Dávila,

La Guerra de Castas y la llegada del chile habanero a México

¿Y quién lo trajo a México? Si recordamos un poco nuestras clases de historia, seguramente en algún rincón de nuestra memoria aparece registrado un suceso histórico conocido como “La Guerra de Castas”. Este conflicto no fue otra cosa sino la sublevación y los deseos independentistas de las poblaciones mayas en la península de Yucatán.

Un movimiento armado alimentado por los deseos de preservar la cultura, religión y organización maya en las tierras que habían estado habitando desde miles de años atrás, y por otra parte, por las nada alentadoras condiciones sociales y económicas que estos grupos indígenas experimentaron por parte primero de los españoles y después de las élites criollas de la nueva nación mexicana.

El conflicto fue frontal entre los mayas y el ejército mexicano en un periodo intermitente que va desde 1848 hasta 1905. Algunos de los líderes y combatientes mayas tuvieron que salir de México para preservar sus vidas, y otros fueron desterrados por el gobierno mexicano. Lo que es cierto es que tanto unos como otros fueron a parar a la hermana isla de Cuba, en gran parte por su cercanía con la península de Yucatán.

Se dice que, estando allá, entraron en contacto con el chile habanero y se volvieron consumidores habituales de este chile que hasta entonces no existía en México. Al cesar las hostilidades y gradualmente permitir el regreso de los exiliados o desterrados mayas a tierras mexicanas, trajeron consigo el descubrimiento que volvieron parte de su dieta básica en el extranjero: el chile habanero.

Un extranjero adoptado

Y así es como, a inicios del siglo XX, el chile habanero entra por primera vez a nuestro país para instalarse como en su casa en la península de Yucatán. El resto es historia.

Así que, la próxima vez que te dispongas a comer una buena salsa de chile habanero, o unas cebollitas moradas con rajas de chile habanero para acompañar un buen taco de carnitas o de cochinita, recuerda que este pequeño chile extranjero llegó para quedarse y ser adoptado como uno más de nosotros después de una larga y compleja historia. ¡Provecho!

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