Como mexicanos orgullosos de su país, tendemos a envolvernos en la bandera nacional cuando de picante se trata. Estamos orgullosos de nuestra manera de enchilarnos y de cómo es básicamente un elemento necesario en todo tipo de comida. Da para pensar que todo este amor y pasión por el chile y el picante que tenemos, se debe a que este ingrediente es originario de este territorio ¿Cierto? Y que al ser originarios de esta región geográfica sería lógico que nadie necesitara tanto de ellos como nosotros.
Estoy seguro que muchos de nosotros pensamos algo por el estilo respecto al origen de los chiles, pero bastaría dar una segunda mirada al mapa mundial de consumo del picante para rápidamente sentir como nos recorre por dentro otra duda ¿Y los países asiáticos? Ellos también comen bastante picante y podría asegurar que, al igual que nosotros, consideran al picante como parte de su identidad nacional.


“Bastaría dar una segunda mirada al mapa mundial de consumo del picante para rápidamente sentir como nos recorre por dentro otra duda ¿Y los países asiáticos? Ellos también comen bastante picante y podría asegurar que, al igual que nosotros, consideran al picante como parte de su identidad nacional.
— Fernando Dávilo
En esta lista tenemos a países como India, China, Tailandia, Vietnam, Corea, etc. Al convivir con gente de estos países, les puedo asegurar que al igual que nosotros, ellos también consideran que el chile es un producto asiático de nacimiento. Incluso, basándome en lo que he podido ver, tengo un ligero presentimiento de que ellos son capaces de resistir mayores cantidades de picor que nosotros; claro, su forma de interpretar el placer que sienten a través del picante está construida de una forma culturalmente distinta a la nuestra, algo de lo que hablaré en una próxima oportunidad.
¿Entonces de dónde son originarios realmente los chiles? ¿Serán de ellos o de nosotros? ¿Y si en realidad no son propios de ninguno de los dos y son más bien de origen africano? Uy, otra variable a esta confusa ecuación que ya empezó mal para nuestro orgullo al considerar la simple idea de que en realidad los chiles no son de origen mexicano. Y bueno, la realidad es que fácilmente podría ser África el punto de origen de los chiles en el mundo si consideramos que en lugares como Nigeria, Etiopía o Sudáfrica, la comida es normalmente picante y existen platos típicos que no se podrían concebir sin el uso de los chiles.


Oh no, una nueva opción y otro clavo a nuestra cruz. ¿Pero que no éramos nosotros el centro del mundo del picante? Y disculpa que tenga que ser yo quien tenga que destruir este secreto, pero intenso orgullo de los mexicanos hacia el picante, créeme que a mí tampoco me encantó tener que enterarme de esto. Y bueno vayamos al grano, ¿cuál de todas las opciones anteriores es en verdad el punto de origen de los chiles en el mundo? La respuesta correcta es: ninguna de las anteriores. Pero para dar una respuesta a esta pregunta vale la pena hacerla en dos fases y aclarar ciertos puntos polémicos antes.
Primero, todos los chiles que existen alrededor del mundo, todos, forman parte de la familia de los Capsicums, mismos que toman su nombre de la palabra “Capsaicina”, que básicamente es el elemento químico contenido en los chiles que les da su propiedad picante.
Y entonces ¿de qué parte del mundo es originaria la familia capsicum? (Redoble de tambores imaginarios) La realidad es que los capsicums tuvieron su origen en el Amazonas, más precisamente en la frontera que actualmente comparten Brasil, Perú y Bolivia. Así es, en realidad los capsicums son de origen Sudamericano.
Si como mexicano en este momento sientes tristeza en tu corazón, y al igual que yo eras de los que pensabas que no podía existir nada más mexicano que el chile picante, entonces tengo una buena noticia para ti. Si bien los capsicums no son de origen mexicano, México es reconocido como el primer punto de domesticación. ¿Qué? ¿Cómo sucedió esto? ¿Quién fue hasta el Amazonas y trajo de vuelta consigo semillas de chile hasta México? Pues no fue exactamente así, la realidad es que las aves fueron las responsables en hacer viajar las semillas del chile desde Sudamérica hasta Mesoamérica. Las aves no cuentan con los receptores necesarios para experimentar la capsaicina, en pocas palabras, las aves no se enchilan, para ellas consumir un chile, es básicamente como consumir cualquier otro fruto de la naturaleza, con la ventaja de que los chiltepines, amashitos, piquines, etc, son muy fáciles de tomar con sus picos, además de poseer colores intensos que los hacen fácilmente reconocibles. Son un alimento perfecto para ellas, y en mi opinión, ese pequeño hecho poco conocido se transformó en uno de los fenómenos más afortunados para nosotros los mexicanos.




Al transportar y esparcir las semillas hacía el norte, fueron los primeros grupos civilizatorios mesoamericanos, de la región del sur de México y norte de Guatemala los primeros humanos que comenzaron a experimentar y darle usos prácticos a los capsicum, y así es como hoy sabemos que el vestigio más antiguo de consumo de capsicum por el hombre data de unos 4 mil años antes de nuestra y fue encontrado muy cerca de la zona arqueológica de Chiapa de Corzo en el estado de Chiapas. Así que si bien México no es el punto de origen de los chiles, sí fue el primer punto de domesticación que tuvieron, cosa no menor si consideramos que gracias a la domesticación se desarrolló la familia de chiles más diversa y cuantiosa del mundo. Pero eso es tema para otra ocasión. Así que estimado lector, ya lo sabes, puedes seguir sintiéndote orgulloso por nuestra forma de comer picante pues hemos jugado un papel fundamental para la expansión y consumo del picante a lo largo de la historia. Nos leemos en la próxima columna.
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