Elizabeth Ríos – El Occidental
México es característico por su folclor y sobre todo por su comida, y en este sentido uno de los grandes sabores del país proviene de tierras tapatías, ya que la jericalla, que se dice nació por error, es uno de los postres más ricos y en especial representativos de Guadalajara que ha logrado trascender fronteras.
Su sabor dulzón y su textura lo hace parecer a primera instancia como un flan, una natilla europea o hasta un creme brulée para quien no es de Jalisco, sin embargo, es precisamente esa suavidad y ese sabor característico lo que lo convierte en el postre por excelencia de los tapatíos, en especial por su historia detrás.
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Un poco de historia
Con algunas versiones o variaciones en las historias, se dice que el origen de la jericalla se remonta al siglo XIX en uno de los barrios más conocidos del centro de la ciudad (San Juan de Dios), cuando una monja española -de acuerdo a algunas crónicas de nombre Jenara Caracalla- buscaba precisamente crear un alimento rico y nutritivo para los huérfanos del Hospicio Cabañas.
En este sitio emblemático, que hoy se conoce como Museo Cabañas y en el que se encuentran murales de José Clemente Orozco, la monja mezcló algunos ingredientes como huevo, leche, azúcar, vainilla y canela. De olvidarse de su preparación se le fue el tiempo y es así que el platillo adquirió una capa superior quemada.
En ese momento quizá no se dimensionó cómo aquel delicioso error marcaría un precedente, pues es precisamente lo quemado o “tostado” de la capa exterior de este postre lo que le dio un excelente y distintivo sabor a lo que hoy conocemos como la jericalla. Nombre que por cierto se dice se puso en honor a la región de la que provenía la hermana, es decir, Jérica en Valencia, España.
Aunque es difícil rastrear una solo versión que confirme su creación más exacta, en los relatos populares también se habla de cómo en primer lugar el platillo preparado por la religiosa no dio paso inmediatamente a la jericalla como hoy se conoce.
Se comenta que los primeros intentos se quedaron con la mezcla de la que se conforma, en un afán de alimentar mejor a los huérfanos que atendía debido a las condiciones de desnutrición que presentaban. No obstante, y tras varios días de prepararlo, se cuenta que a la monja se le olvidó el platillo en el horno. Se dice que el obispo del lugar entró a la cocina -guiado por el olor-, y cuando la religiosa llegó, este ya había comido el postre, constatando lo delicioso que sabía pese a la capa superior quemada.
Convencida de que el postre sabía delicioso, porque lo quemado de arriba contrastaba a la perfección con la suavidad dulzona del interior, es que rápidamente se comenzó a popularizar la jericalla hasta como se le conoce hoy en día.
Su preparación es sencilla, pues se mezcla la leche, la canela y el azúcar para hervirlo después. Esto se deja enfriar y una vez que suceda se agrega el huevo hasta integrarlo bien. Finalmente se vacía en moldes y se hornea hasta que la parte de arriba haya quedado con la tradicional capa dorada.
Lo cierto es que sin importar su origen exacto, las jericallas representan uno de los postres más deliciosos del país, en particular en Jalisco en donde sus habitantes agradecen aquel “error” con el que se creó, porque eso fue lo que suscitó su sabor único y estilo sin igual.
Jalisco celebra el primer Festival de la Jericalla
Del del 14 al 23 de febrero Jalisco presentará a turistas y locales el primer festival que rinde tributo a uno de los principales postres del estado: La jericalla.
¿Qué podrás encontrar en el festival “Queremos Jericalla”?
Se trata de la primera edición, que busca enaltecer una creación gastronómica local que llena de orgullo a todos los tapatíos, así que para comenzar las conmemoraciones se estarán presentando en el Paseo Literario de Fray Antonio Alcalde una gala de ballet folklorico y mariachi en la que se entregarán picones (pan dulce típico de Jalisco creado con harina de trigo, huevo y azúcar con cubierta dulce parecido a la concha).
Para el 15 de febrero a las 17:30 se buscará romper el récord de mil personas comiendo jericalla al mismo tiempo. A su vez contará con concurso para consumir jericalla y un show de elaboración de una súper jericalla.
El quinteto musical Chilakil Brass, con repertorio que concentra ritmos diversos como pop, jazz, popular mexicano, clásicos de música renacentista, barroca y clásica y más, se estará presentando hasta el 19 de febrero de manera itinerante en diferentes tianguis y mercados de la capital jalisciense
Mientras que el 21, 23 y 28 de febrero en punto de las 18:00 se llevarán a cabo sesiones de baile con la Orquesta Donlucas Brass – agrupación compuesta de estudiantes de música que rescatan ritmos de cha cha chá, danzón y mambo entre otros– en la Unidad Administrativa San Andrés, Parque Chopin, Centro de Desarrollo Comunitario N° 22, Colmena Arandas y Gimnasio “México 68”. El festival cerrará con la Pinta de murales del 17 al 24 de febrero en Mexicaltzingo, Los Dos Templos y Paseo Alcalde.
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