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Foto: Cortesía INPI

De Norte a Sur: Estos son los tipos de pan de muerto que hay en México

La diversidad de este pan es tan extensa como sus ingredientes y leyendas, conócelo

El pan de muerto es un claro reflejo de la dualidad entre la vida y la muerte en la cultura mexicana. El hecho de comer este pan en las festividades de muertos no es sólo una tradición culinaria, sino también un recordatorio de que la muerte es parte del ciclo natural de la vida, y que se debe celebrar en lugar de temer.

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Según la página del Instituto Mexicano de la Propiedad (IMPI), en México, el pan de muerto varía significativamente en sabor, forma y preparación dependiendo de la región. Cada estado tiene su propio estilo y versión, adaptando ingredientes y tradiciones locales a esta emblemática pieza de la celebración del Día de Muertos.

Foto: Cortesía INPI

En el resto del país se utilizan en la producción panadera casi todas las técnicas de manufactura y decoración de cerámica. De una bola, una plancha o un cilindro surgen conchas, chilindrinas, galletas, trenzas.

Para adornarlos se utiliza la misma masa, como en el pastillaje; con un palillo se raya la masa; con los dedos se forma el adorno de los panes, que llaman repulgado y que tanto recuerda los remates de las cazuelas. Cortes practicados con una hoja de metal simulan el plumaje de una ave, igual en barro que en masa de harina de trigo. Así los panes de fiesta en Hidalgo, en Guerrero, en Michoacán parecen terracotas o esculturas en madera.

Ofrenda de panes, sincretismo entre lo prehispánico y lo europeo

Las ofrendas de muertos tienen su origen en las culturas prehispánicas. Una ofrenda similar a la actual de día de muertos era la de la diosa Cihuapipiltin, dedicada a las mujeres que morían del primer parto, se creía que rondaban por el aire causando enfermedades entre los niños, por ello les hacían regalos en el templo o en las encrucijadas del camino. Las ofrendas consistían en “panes” de diversas figuras como mariposas o rayos (xonecuilli) hechos a base de amaranto y “pan ázimo” que era un pan de maíz seco y tostado, Sahagún lo describe así por no llevar cal, a este pan se le llamaba yotlaxcalli, otros ofrecían unos tamales (xucuientlamatzoalli) y maíz tostado llamado izquitl, casi toda la ofrenda era de amaranto porque lo consideraban un alimento especial.

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Relata fray Diego de Durán en su crónica sobre la ofrenda de Huitzilopochtli, que la gente en esta celebración “no comían otra cosa que no fuera tzoalli con miel”, con dicha mezcla a base de amaranto y miel de avispa o maguey, hacían un gran ídolo a imagen del Dios, lo adornaban y vestían, de igual manera elaboraban huesos grandes que depositaban a los pies del ídolo, además ofrendaban otros “panes” como tortillas pequeñas; pasada la fiesta se los dividían para comer

Foto: Cortesía INPI

El equivalente al pan de muerto como ahora lo conocemos sería el huitlatamalli que era una especie de tamal. En la época prehispánica se hacía la papalotlaxcalli o pan de mariposa que era exclusivo de esta ceremonia. Al parecer era como una tortilla a la cual se le imprimía a la masa aún cruda un sello en forma de mariposa, una vez cocida, se pintaba coloridamente.

Por eso, cada región de México adapta el pan de muerto a su cultura, ingredientes locales y tradiciones, creando una diversidad deliciosa que enriquece la celebración. En Aderezo nos dimos a la tarea de dejarte algunos de los tipos más representativos en cada estado:

1. Ciudad de México

Pan de muerto tradicional: Redondo, cubierto con azúcar y decorado con “huesitos” de masa. Tiene un sabor suave a azahar, a veces con un toque de anís.

Despeinadas: Rosquitas de azúcar colorada, el típico pan de muerto con azúcar, ajonjolí y granillo, pan estilizado bordado con la misma masa y una cruz en el centro.

Panes mariposa: De la misma elaboración que las despeinadas, con ellos que se creía que, al morir, las niñas se convertían en mariposas.

Variedades modernas: En la Ciudad de México se pueden encontrar versiones rellenas de nata, crema de avellana, chocolate o dulce de leche, muy populares en panaderías gourmet.

Foto: Freepik

2. Puebla

Hojaldra poblana: Similar al pan de muerto tradicional, pero a veces relleno de ajonjolí o espolvoreado con este. Se decora con figuras de masa, como hojas y flores.

Pan de muerto de yema: Se elabora con huevos y esponjoso, con un sabor suave a mantequilla, algunos van espolvoreados por azucar roja.

Golletes: Roscas adornadas con colores.

Sequillo: Es un mamón seco con un color amarillo yema de huevo.

3. Oaxaca

Pan de muerto de Oaxaca u “hojaldras”: Es un pan más grande y decorado con figuras coloridas de masa o con cruces y flores. Puede estar cubierto con ajonjolí y tener un sabor más dulce. También se suelen acompañar con chocolate caliente o atole.

Pan pintado: En Mitla, comunidad zapoteca ubicada a 40 kilómetros de la capital de Oaxaca. En la panadería Del Centro, la familia Quero inicia la elaboración del pan el 20 de octubre, diariamente hornean 4 mil piezas de distintos tamaños que son decoradas a mano.

Regañadas: De pasta hojaldrada que se utilizan en las ofrendas y que representan las “animas” de personas o animales. 

4. Michoacán:

Pan de muerto de Tzintzuntzan: De forma alargada y decorado con formas florales o humanas. Se suele colocar en las ofrendas y es común en la región purépecha, con un toque más rústico y artesanal.

Almas o ánimas: Pan que tiene forma humana, es tradicional de Maravatío en Michoacán, pero también lo puedes encontrar en Morelos y en el Estado de México, en donde se les llama muertes.

Pan de ofrenda: Elaborado con harina de trigo, levadura de soya, azúcar y sal. La masa cocida lleva su toque creativo, su color: vírgenes, conejos, burros, campesinos, sombreros, campesinas.

Pan de hule: Es parecido al pan de ofrenda, moreno, redondo, brilloso y lleva en la superficie dedicatoria al esposo, al novio, o la suegra.

Rosqueta: Está hecho con hojas de plátano, anís y piloncillo.

La rodilla de Cristo: Pan redondo reventado con azúcar rosa que representa las heridas de Cristo.

5. Guanajuato

Pan de ánimas: Es un pan tradicional en la festividad, más sencillo en su forma y sin tanta decoración. Tiene un sabor suave y es muy popular en las ofrendas.

Foto: Cortesía

6. Tlaxcala

Pan de fiesta: Tiene un aspecto similar al pan de muerto tradicional, pero es más esponjoso y suave, con menos decoraciones de huesos y un sabor más neutro. Se acompaña de dulces tradicionales y tamales.

Tlacotonal: Pan en forma de corazón, de color colorado, Tlacotonal significa “partido para el sol”, es el acto de partir o abril el pecho de la víctima del sacrificio para sacar el corazón y ofrecerlo al sol, de acuerdo a la teología Tolteca-chichimeca, llegada la conquista y prohibidas los sacrificios humanos

Carretón elaborado a base de manteca y harina; su sabor es ligeramente salado; al ser redondo y tener la forma parecida a una pezuña, también es nombrado como “pata de mula”. Las personas acostumbran acompañarlo con dulce de camote, calabaza o tejocote.

Tlaxcal: Significado en náhuatl tlaxcalli quiere decir tortilla o pan de maíz, una especie de gordita triangular o redonda elaborada a con maíz maduro molidopiloncillocanela y guayaba, cuya masa es cocida en comal.

7. Morelos

Pan de muerto con piloncillo: A veces se hace con una mezcla de piloncillo que le da un sabor más profundo y oscuro. También se decora con azúcar o ajonjolí.

Pan antropomorfo: Sumamente adornado con bordado de la misma masa y los brazos a los lados a diferencia de otras regiones que representa los brazos cruzados.

8. Veracruz

Pan de muerto con anís: El pan de muerto en Veracruz suele tener un sabor fuerte a anís, y a veces es más compacto que en otras regiones. Puede estar cubierto con azúcar o sin adornos.

Panajauili o pan de juguete: Es horneado en horno de piedra y barro. Se le da forma humana o de animalitos y se decora con alfeñique de colores. Pueden llevar relleno de queso, cajeta, dulce de leche, nata, queso crema y hasta crema de avellanas.

Foto: Cortesía

9. Yucatán

Mucbipollo o “Pib”: Aunque no es un pan en el sentido clásico, es un platillo emblemático de las celebraciones del Día de Muertos en Yucatán. Es una especie de tamal grande hecho con masa de maíz y relleno de carne, cocido en horno de tierra. Representa el vínculo con los antepasados.

Foto: Cortesía Anahuac

10. Hidalgo

Moriscas de harina: De canela, huevo y pulque.

Bodoques: En Xochicoatlán, pan que se regala a las personas que asistían al novenario. En la región huasteca se produce en estas fechas el pan conocido como “peluca”, pan que solía repartirse en los velorios y puesto en las ofrendas de muertos

Gorditas de maíz: Amasadas con arena de hormiguero. Hay roscas ricamente adornadas, corazones similares al corazón humano, los hay barnizados, con azúcar blanca y rosa. También se elaboran las famosas “cuelgas” de diferentes tamaños. Las cruces adornadas con azúcar de colores y bordadas con la misma masa. También se elaboran los cocolitos, borregos y tortugas. Algunas son con arena de hormiguero, lo que recuerda el mito de Quetzalcóatl, quien penetró al inframundo para tomar los huesos precisos que dieron origen a la humanidad.

Cajitas: Corresponden a los féretros usados para el entierro.

Rosca de la vida: Su consistencia es dura, se adorna con huesos o canillas de manteca que son la representación de huesos humanos y tienen una gran semejanza con aquellos que se hacían de masa en honor al dios Omacatl.

Frutas de horno: Panes que incluso el nombre del difunto, con dichos o cantos populares, cocolitos, rosquillas aplanadas, muñecas para las ofrendas femeninas, muñequitas para los hombres “de dudosa personalidad”, angelitos para los niños y para los jóvenes que mueren antes de contraer nupcias, caballos grandes para los hombres mayores y pequeñitos para los niños.

11. Chiapas:

Pan Pintado: Similar a un pan de huevo, dulce y suave, pero con una forma más sencilla. Suele estar decorado con figuras de masa y cubierto con azúcar.

Foto: Creative Commons

12. Estado de México

Muertes: Es un pan antropomorfo hecho de yema de huevo, de esta misma masa se realizan los conejos, los borregos y las finas, que aparte lleva canela, también se produce pan blanco como el triconio y el pan sobado, que es una mezcla de masa blanca y masa dulce. Se realizan las gorditas de maíz quebrado, los tlaxcales, que están hechos de maíz fresco en forma de triángulo.

Gorditas: Hechas de maíz quebrado, aparejos de huevo, huesos hechos de masa blanca y mantequilla decorados con azúcar, caladillas, -tortillas rectangulares. Bordes dentados con la superficie blanqueada, salpicada con manchas rojas que representan los sacrificios prehispánicos, las quesadillas, son en forma de empanadas rellenas con piloncillo y queso fresco.

Pan conejo, de Texcoco: Es un pan elaborado con manteca, nuez, guayaba y canela. Encaladillas y calaveras de masa galletosa glaseadas con puntos de azúcar rosa.

13. Guerrero:

Torta de muerto, camarones y amargosas: En algunas zonas, como en la Costa Chica de Guerrero especialmente de Chilapa, se elabora una versión en forma de torta o empanada, rellena de dulce de calabaza o piloncillo.

Almas, burros, conejos, patas de mula: Son de la región de Tixtla y son hechos con azúcar se elaboran además otros panes conocidos como burros con azúcar rosa, conejos y patas de mula.

Foto: Adriana Cobarruvias / El Sol de Acapulco

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