El gongfu cha es un ritual de origen chino, una práctica de autoconocimiento, autocontrol y autodisciplina a través del té. Actualmente, de manera muy general, se dice que significa preparar té con habilidad o maestría, haciendo referencia a los movimientos de las artes marciales… cada día se ve más como une método de infusión con accesorios chinos que como una disciplina y un camino de vida que implica estudio, práctica y trabajo personal.
Se dice que el origen del gongfu cha es el sureste de China durante la dinastía Qing y se refería al método de infusión de los tés producidos en Chaozhou, el cual posteriormente se llevó a Fujian y Taiwán. Actualmente, la intención del gongfu cha que ejecutamos para nuestros invitados es apapacharlos, celebrar algún acontecimiento, homenajear a alguien o mostrar agradecimiento. Por otro lado, si lo hacemos como un momento para regalarnos un momento de paz personal, calmar la mente y encontrar respuestas en el silencio, se convierte en una práctica personal.
Hoy te comparto una forma sencilla que he encontrado de integrar el gongfu a mi vida diaria para invitarte a iniciar con esta disciplina y camino de vida.
¿Qué necesitas para el ritual?
- Té para la ocasión: La selección del té es importante, normalmente se prepara un té que ya conoces, que no experimentarás por primera vez.
- Chapan o charola para colocar el servicio de té durante el ritual, también contiene el agua de descarte
- Tetera o gaiwan para infundir
- Cha hai, fair cup o tetera de la justicia para servir el té después de su infusión en la tetera o gaiwan y de esta jarra, hacia los cuencos. De esta manera tendremos la misma intensidad de té y repartiremos nuestra energía por igual a todos los invitados
- Cuenco para tomar el té, normalmente son pequeños pues representan sorbos de eternidad
- Cuchara de bambú para sacar el té de su contenedor y servirlo en la tetera o gaiwan
- Colador para filtrar las hojas de té
- Tea pet para acompañar tu ritual de té que, además, es un protector energético de tu espacio
¿Cómo hacer gongfu cha?
- Prepara el Cha Xi, es decir, prepara el espacio para el té, ese pequeño escenario que nos regalará magia por un momento.
- Siéntate cómodamente en una silla, con los pies bien arraigados a la tierra, la columna ergida y la coronilla apuntándo al cielo. Coloca tus manos sobre las piernas, cierra lo ojos y regalate 3 respiraciones profundas (inhalación en 3 tiempos, sostener 5 tiempos y exhalar en 3 tiempos). Una vez que sientas el corazón tranquilo, fija una intención para tu práctica.
- Lava, calienta y bendice los utensilios con agua caliente: Llenar la tetera o gaiwan con agua caliente en forma circular, pasar esta agua al cha hai y posteriormente a los cuencos; terminar regalando un poco al tea pet para cerrar este primer círculo energético. Siente como tu espíritu se purifica con el agua que fluye.
- Despierta el té: Agrega el té a la tetera o gaiwan. Agitar tres veces delicadamente y aprecia el aroma de las hojas que están despertando gracias a la humedad que conserva la tetera o gaiwan. Siente cómo el vapor comienza a calentar tu cuerpo y cómo el aroma abraza tu alma.
- Lava el té: Agregar agua caliente, iniciando por los bordes de la tetera o gaiwan y girando en forma de espiral en sentido de tu corazón, hasta terminar en el centro; sirve hasta el 80% de la capacidad y tapa.
- Desecha el agua con la que se lavó el té, inmediatamente después de terminar el llenado. Sirve esta agua en el cha hai y de éste, en los cuencos y finalmente, en el tea pet. El segundo flujo energético ha terminado.
- Prepara el té: Sirve agua en las hebras previamente lavadas, con flujo circular del borde al centro en sentido de tu corazón. Infundir el tiempo recomendado según el tipo de té.
- Sirve el té en el cha hai y de éste, a los cuencos con un solo hilo de agua y movimientos horizontales de derecha a izquierda, hasta que se llenen a ¾ de su capacidad. Es importante que todos los cuencos reciban la misma cantidad de té y de la energía que vibramos durante el ritual. No olvides compartir el té con tu tea pet.
- Prepara el té hasta que éste se aplane o su sabor sea parecido al agua caliente. La paciencia es una virtud que nos enseña el té a lo largo de sus infusiones y es de las más grandes lecciones que debemos aprender pues el té no se apura, requiere su tiempo para mostrar todos sus aromas, sabores, energía y magia… es necesario infundirlo hasta el final para conocerlo profundamente y de esta manera, realizar un viaje de autoconocimiento a lo más profundo de nuestro ser.
- Tira toda el agua de descarte en la tierra (no debe estar caliente) jardín o maceta para cerrar el ciclo energético, agradeciendo a la madre Tierra por sus bondadosos regalos, por la oportunidad de disfrutar de un cuenco de té y ser de los afortunados que han logrado entender que dedicarnos tiempo es primordial
- Te invito a vivir esta experiencia, poner toda tu atención en el flujo del agua, detener el tiempo por unos minutos sin redes sociales, ruidos ni interrupciones y olvidar el ruido exterior para encontrarte con tu ser interior, sorbo a sorbo.
Abrazos en taza, Denisse Díaz
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