Hay diversos concursos y certámenes relacionados con el vino para dar a conocer los mejores puntos de la industria vitivinícola, pero algunos opinan que hay certámenes donde solo buscan ganar dinero y para demostrarlo un programa de televisión belga logró engañar a un famoso concurso internacional para que premiaran al “peor vino de supermercado“.
En esta ocasión, “On n’est pas des pigeons!“, un show belga que se especializa en decir a los consumidores asiduos al vino de las trampas y estrategias para que eviten ser engañados o estafados.
Pidieron la asesoría un de un sommelier experto para demostrar la fiabilidad de este tipo de concursos, ya que algunas organizaciones que realizan estas premiaciones solo buscan ganar dinero y los resultados de las mismas suelen estar manipuladas.
El sommelier fue al programa y realizó diferentes pruebas para elegir el peor vino del mercado, mismo producto que fue reetiquetado y nombrado como Château Colombier para dar una apariencia más elegante a la botella de vino, este solo costó 2.50 euros (cerca de 50 pesos) y además se tuvo que pagar 50 euros (945 pesos) más por la inscripción al certamen Gilbert et Gaillard, el elegido por el programa para llevar a cabo este engaño.
El costo de inscripción es uno de los requisitos que el certamen pedía para poder incluir el vino en la premiación, además también requerían una prueba de laboratorio sobre algunos parámetros del vino, pero la organización del certamen no suele comprobar el origen de los análisis, así que es posible enviar cualquier tipo de prueba con resultados reales o no.
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Al final, el peor vino del supermercado fue premiado con una medalla de oro y además de una descripción por parte del jurado alabando el vino y calificándolo como complejo e interesante. Así es como se comprobó el interés de muchos de estos certámenes por ganar dinero sin llevar a cabo una premiación real, ya que para poder exhibir la medalla de oro ganada el vino premiado debería pagar 60 euros (mil 134 pesos) a esta organización por cada mil etiquetas del vino y, gracias a una simple broma de un programa belga, se descubrió la falta de rigor de ese famoso certamen internacional de vinos.
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