Por Arled Jarillo
En medio de la festividad católica de la Cuaresma y durante todo el año, es común ver justo a la entrada de los templos algunos puestecitos en donde venden los muéganos, esos pequeños postrecitos cuadrados que son disfrute de chicos y grandes.
Chiautempan y Huamantla son los municipios de Tlaxcala pioneros en la elaboración de este panecillo bañado en piloncillo e incrementan sus ventas en el marco de esta gran tradición.
Previamente, Aderezo documentó parte de la historia y proceso en los talleres de Chiautempan, pero hoy se aborda el origen de este dulce oriundo de la heroica ciudad de Huamantla, el cual tiene registro de al menos 100 años.
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Tan sólo en ese Pueblo Mágico existen aproximadamente unos 40 talleres de muéganos, pero uno de los más reconocidos es el llamado “Las Quince letras”, a cargo de Antonio Báez León.
Su producción diaria va de las 600 a 700 piezas, siendo Semana Santa y en la Fiesta Patronal (Agosto) las fechas de más consumo, según lo relatado por Báez León a este medio.
Báez León narró entusiasmado que su bisabuelo, Catalino Báez, fue el precursor de esta empresa familiar; años más tarde, su abuelo, Julio Báez, al trabajar de joven en una panadería española, en la Ciudad de México, aportó mejoras a la preparación de sus muéganos, entre ellas, el espolvoreado de canela molida y anís. Luego fueron presentados en coloridas obleas y envueltos en papel china blanco.
Muégano con refresco
El maestro dulcero Baez León aconseja distintas y divertidas maneras de degustar su dulce, para cuando visiten Tlaxcala en sus próximas vacaciones.
Baez sugiere acompañar el muégano con un refresco de cola y si éste está frío, mejor. El secreto es darle una pequeña mordida al muégano e inmediatamente un sorbo al refresco. Esto hará que las burbujas de la bebida provoquen un ligero cosquilleo en el paladar y la combinación de ingredientes avivará la explosión de sabores.
Para quienes no se les antoja una bebida gasificada, aconseja degustar con leche fría o chocolate helado de la misma manera, iniciando con una pequeña mordida al muégano y un buen sorbo con el otro maridaje.
Si lo que buscan es una experiencia más refrescante, ¿qué mejor que con una fresca nieve de limón espolvoreada con un muégano? Y la mejor manera de prepararlo es triturar un muégano y espolvorearlo en la parte exterior del sorbete, como si de un miguelito se tratase.
Si lo haces, compártenos tu experiencia en los comentarios de esta nota.
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