Por Carmen Angón/Scarleth Pérez
Para regular la explotación de la tierra por la destilación del agave, en la entidad arrancará un programa para que empresas tequileras en el estado, cuenten con un certificado que garantice que no deforestaron para la plantación.
Para obtener la certificación, también es importante demostrar que utilizaron menos agua y energías limpias, en la preparación de la tierra y en el proceso destilado. Todos los campos sembrados de 2014, a la fecha, serán obligados a la autentificación de su producto.
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La titular de esta Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, Marisa Ortiz Mantilla destacó que con esta certificación se pretende convertir al tequila guanajuatense como la primera bebida responsable ambiental a nivel internacional.
“Esto lo estamos trabajando Jalisco-Guanajuato, estamos viendo que desgraciadamente que con el boom del mercado tequilero se está deforestando para plantar agave en muchas partes del Estado, porque el suelo de Jalisco se fue acabando y ahora se vienen a Guanajuato”.
El municipio que ya necesita atención urgente, es Romita. El 95% de su territorio está cultivado de agave. “El problema es que si se sigue plantando agave vamos a tener un problema fitosanitario, vamos a acabar con nuestro suelo”, destacó.
El anuncio oficial de este programa, la funcionaria estatal informó que se hará en próximos días; el compromiso ya lo firmaron los gobernadores de ambas entidades, el Consejo Regulador del Tequila y la Cámara de la Industria Tequilera.
En el congreso “Del agave a tu mesa”, celebrado en diciembre de 2020 en este municipio, fue presentado el proyecto de la creación del clúster del vino y del tequila. El objetivo es conectar el corredor Querétaro-Guanajuato-Jalisco.
En ese congreso fue señalado sobre la importancia que tiene Guanajuato en la producción de agave azul. Pero se advirtieron los riesgos de que muchas zonas que no están dentro de la zona de denominación de origen, están sembrando agave, con todo los riesgos que ello pudiera traer, como acabarse la fertilidad del suelo.
En mayo del año pasado, en El Sol de Irapuato dimos a conocer que quienes ingresaron a la producción del agave en Guanajuato lo hicieron por dos motivos: el primero, porque ante el encarecimiento de insumos para producir granos tradicionales de Guanajuato, como el maíz, trigo sorgo, cebada y frijol, que va desde las semillas, los fertilizantes, el diésel, herbicidas y pesticidas, sus cosechas se volvieron poco rentables; el segundo, porque los apoyos gubernamentales para el campo, año con año han ido desapareciendo. Y peor aún, la sequía que se ha ido prolongando, ha hecho que los cultivos de temporal ya sean una especie en vías de extinción en el país.
Otro factor que también convenció a los terratenientes guanajuatenses, fue porque les dijeron que lo más conveniente era rentar sus tierras, pues les darían entre 20 mil y 30 mil pesos anuales por hectárea durante ocho años de contrato. Dinero libre de todo impuesto y gravamen y que es casi el doble de lo obtenían si continuaban sembrando granos.
No todos podrán vender “tequila”
Con el nuevo programa de certificación, el Consejo Regulador del Tequila, para otorgar la denominación de origen del tequila les pedirá este certificado a las grandes tequileras de Jalisco que van llegando a los siete municipios de Guanajuato.
En próximos días, las autoridades involucradas presentarán un mapa que muestre la superficie forestal que existía en el año 2014 y si los empresarios deforestaron después de este año, no podrán ser acreedores a esta certificación.
Así mismo si deforestan después de la presentación de este mapa, no podrán obtener si quiera la denominación de origen del tequila.
“Todo se llenó en los últimos dos años”
Desde hace cinco años empezaron a sembrar agave en Romita, pero en los últimos dos años, “se tiraron muy duro aquí”, dice Francisco, un romitense que aún siembra alfalfa en las parcelas de su padre. Su terreno lo rodean miles de magueyes, todos perfectamente alineados, con el espacio suficiente para que la planta alcance el tamaño deseado.
Cuando se toma la desviación en la carretera León- Silao, con dirección a Romita, las parcelas toman ese color verde-azulado peculiar de la planta de la que nace el tequila. Pero, mínimo tendrán que pasar cinco años, para poder obtener el destilado dorado, que representa a los mexicanos alrededor del mundo.
“Hay unos que ya cosecharon, los que ya tienen aquí como unos cinco años. Todos los primeros ya levantaron”, dice la esposa de Francisco, quien lo espera bajo la sombra del único árbol del lugar, mientras que él y su hijo, trabajan en la delimitación de sus tierras.
Algunos cerros ya se ven pelones, apunta Francisco, el agave está por toda la extensión territorial de Romita. “Lamentablemente el dinero ya no se quedará aquí”, dice cabizbajo el jornalero.
“Muchos ya vendieron sus tierras a los de Jalisco, otros las rentan. Pero la mayoría de los ejidatarios, prefirieron venderlas. Todo lo que se ve, muy poco le pertenece a los de aquí”, platica Francisco con la vista en el horizonte, decepcionado de que ahora las tierras les pertenecen a foráneos.
En Jalisco, la producción de tequila ya acabó con la fertilidad de sus tierras y Guanajuato se convirtió en el destino perfecto, para extender su dominio tequilero. En Romita, el 95% de su territorio fue sembrado con agave, por lo que las autoridades pronto presentarán el plan que regulará la industria tequilera y así evitar la deforestación, que ya es visible para su habitantes.
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