Seguramente en tus vacaciones o cuando asistes a comer mariscos, te has encontrado con estas peculiares especies similares. Y aunque podrán parecer lo mismo, por acá te contamos cómo podrás distinguirlas fácilmente.
La jaiba y el cangrejo son dos crustáceos utilizados con frecuencia en la gastronomía; sin embargo, sus principales diferencias derivan de la morfología, el hábitat, la alimentación, la carne y el tamaño. Al conocer estas características, es más fácil elegir al elemento adecuado para preparar recetas específicas y disfrutar de su sabor y textura.
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¿Cuál es su diferencia?
Acorde a la revista digital “Mis animales”, se designa con la palabra “cangrejo” a diversos organismos pertenecientes a los decápodos. La orden de los decápodos incluye cangrejos, camarones, langostas, langostinos, bogavantes, cigalas, etc.
Una especie particular de cangrejo es la Callinectes sapidus, también llamada cangrejo azul americano, nativa del Atlántico, con presencia en los mares de Argentina, Nueva Escocia y Golfo de México. En la zona conurbada del sur de Tamaulipas se le conoce con el nombre más familiar de “jaiba”.
La jaiba es un cangrejo costero. Es habitual que viva en bahías, lagunas salobres (cuerpos de agua cuya sal se encuentra en término medio entre agua dulce y agua de mar), esteros (pantanos) y ríos.
Sus beneficios al consumirlos
Se tratan de mariscos deliciosos y nutritivos que ofrecen varios beneficios para la salud cuando se ingieren como parte de una dieta equilibrada.
1. Fuente de proteínas: Los convierte en excelentes opciones para aquellos que buscan aumentar su ingesta de proteínas.
2. Bajo en calorías: Ideales para quienes siguen dietas o buscan controlar su peso.
3. Rico en nutrientes: Incluyen vitamina B12, zinc, selenio y ácidos grasos omega-3, que son importantes para la salud del corazón, el cerebro y el sistema inmunológico.
4. Bajo en grasas saturadas: Son una opción más saludable en comparación con algunas otras fuentes de proteínas, como la carne roja.
5. Fuente de minerales: Son ricos en minerales como el hierro, que es importante para la salud de la sangre, y el zinc, que es crucial para la función inmunológica y la cicatrización de heridas.
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