Tener comida en la mesa lleva un esfuerzo enorme, mucho más que el dilema de saber qué se va a cocinar ese día. La cadena de producción que lleva cada ingrediente a las preparaciones diarias podría hacernos explotar la cabeza, pero de algo hay que estar seguros, debemos ser más conscientes del entorno, en este caso, la agricultura como la actividad más importante para la producción de alimentos.
El sector agrícola en México es pieza clave de la economía nacional. Según Statista, el valor de producción agrícola en México superó los 900 mil millones de pesos en 2023, mientras que el área cultivada alcanzó las 18.383 hectáreas ese mismo año. El maíz, base de la alimentación mexicana, superó las 27 millones de toneladas en 2023, mientras que la caña de azúcar alcanzó las 55 millones de toneladas, consolidándose como el principal cultivo perenne.
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Desafíos a los que se enfrenta la agricultura en México: Clima, agua y políticas
Sin embargo, la agricultura enfrenta desafíos severos que amenazan su estabilidad. Octavio Jurado, director de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario, destaca que el cambio climático ha sido uno de los principales factores que afecta la producción agrícola del país. “México es un ´continente agrícola´, pero hoy enfrentamos una crisis sin precedentes”. Los datos lo respaldan: en los últimos seis años, las lluvias han disminuido 39% respecto al promedio histórico, según la AMSDA. El noroeste, responsable del 70% del maíz blanco para consumo humano, sufre sequías recurrentes. Sinaloa, epicentro del grano, vio reducida su producción de 7 a 2 millones de toneladas en 2024, según N+ Media.
El agua es el talón de Aquiles, ya que por ejemplo, las presas de Sinaloa operan al 8.6% de su capacidad, la cifra más baja en tres décadas. “Sin agua, no solo perdemos cultivos; perdemos comunidades enteras”, advierte Marte Vega Román, líder de la CAADES. En Chihuahua, la sequía ha escalado a conflicto internacional, el estado incumplió el Tratado de Aguas de 1944 con Estados Unidos, lo que podría derivar en sanciones económicas y mayor inestabilidad social; alza en precios agrícolas, desempleo masivo y problemas de seguridad derivados de la falta de recursos, reporta El Imparcial.


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La dependencia de las importaciones agrava la vulnerabilidad. México es el segundo mayor comprador global de alimentos después de China, según el Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA). Esto no solo compromete la seguridad alimentaria —que cayó al 50%, lejos del 70% recomendado por la FAO—, sino que introduce amenazas sanitarias. “Prácticamente todas las enfermedades que enfrentamos son importadas”, explica Jurado, citando casos como la fiebre aviar o el gusano barrenado del ganado, que ya obligó al cierre temporal de fronteras con EU.
Acciones para mejorar la situación en el campo
Ante este panorama, las autoridades han implementado diversas estrategias para mitigar el impacto en el sector agrícola. Una de las medidas clave ha sido el impulso a la tecnificación del riego, especialmente en Sinaloa, donde se busca optimizar el uso del agua para aumentar la producción de maíz.
Frente al colapso, emergen estrategias. Michoacán destaca con programas agresivos de recuperación de suelos, usando biocombustibles y técnicas ancestrales. “Donde antes había sequía, hoy hay rendimientos altos”, destaca Jurado. A nivel federal, el programa Cosechando Soberanía busca elevar la productividad mediante tecnología e inversión en cultivos estratégicos como el maíz.
La desalinización del agua marina en el noroeste y la reforma a la Ley de Aguas —pendiente de aprobación— son pasos clave. Sin embargo, Jurado insiste: “Las soluciones deben ser diferenciadas. Somos el octavo país megadiverso” Lo que funciona en Sinaloa no sirve en Oaxaca.


¿A dónde vamos?
La crisis no solo se mide en toneladas, en Chihuahua, 30 mil jornaleros de Oaxaca y Veracruz enfrentan desempleo masivo por la reducción de siembras. “Si no llueve, la inseguridad aumentará”, alerta el diputado Arturo Zubía. En Jalisco, donde el 40% del territorio sufre sequía, la Universidad de Guadalajara advierte sobre el círculo vicioso entre calentamiento urbano y escasez hídrica.
“Esto no es solo un problema de hoy; es una deuda con el futuro”, sentencia Jurado. La agricultura mexicana, pilar de la economía (2% del PIB) y sustento de 25 millones de personas, exige un giro radical, menos dependencia externa, más innovación local, y sobre todo, reconocer que sin agricultura resiliente, no hay comida ni país posible.