Luis Murillo| El Sol de Parral
En un giro inesperado, las nevadas recientes que han cubierto los municipios de Balleza, Guadalupe y Calvo en la zona serrana de Chihuahua se presentan como un rayo de esperanza para aproximadamente 16 mil hectáreas de cultivos temporales. La situación fue revelada por Oscar Gutiérrez Valdez, Residente de la Secretaría de Desarrollo Rural del estado, quien destacó los beneficios potenciales para la agricultura en la región.
Según Gutiérrez Valdez, la acumulación de nieve proporciona una fuente adicional de humedad en el suelo, un factor importante para el éxito de los cultivos temporales. Además, las bajas temperaturas asociadas con las nevadas tienen un efecto positivo al controlar las plagas, lo que podría traducirse en una temporada más saludable y productiva.
Factores positivos
Aunque las inclemencias del tiempo suelen presentar desafíos, en este caso, las nevadas podrían ser un factor beneficioso para los cultivos temporales. Gutiérrez Valdez resaltó que la cantidad de nieve acumulada juega un papel crucial en este proceso, y se necesita un análisis más detallado para comprender completamente su efecto.
El impacto positivo de las nevadas se refleja en diversos cultivos de la región de Balleza, según el Sistema de Información Agroalimentaria. Cultivos como el maíz grano, maíz forrajero, nuez, avena forrajera, chile verde, entre otros, se perfilan para beneficiarse significativamente gracias a la humedad acumulada durante esta temporada invernal.
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Desarrollo de cultivos
Saul Carbajal Loya, Jefe de la SADER en el distrito de Balleza, resalta el impacto inmediato de las nevadas, especialmente en beneficio de los cultivos de otoño e invierno. Las condiciones climáticas favorables generadas por las nevadas propician un entorno para el desarrollo de estos cultivos, así un como un impulso significativo a la producción agrícola local.
Carbajal Loya enfatiza que los nogaleros, en particular, están experimentando beneficios tangibles, ya que las nevadas contribuyen a acelerar el proceso de maduración, sugieren una temporada de cosecha más temprana y potencialmente más abundante.
En términos de temporalidad, Gutiérrez Valdez indica que el impacto no será inmediato, se espera que se note en la primavera. Esta información brinda a los agricultores un marco temporal para anticipar y planificar el rendimiento de sus cultivos en los meses venideros, lo que genera expectativas positivas para el futuro agrícola de la región.