Por fin alguien pensó en los godínez gourmet. El “almuerzo ejecutivo” a menudo significa resignarse a comer algo rápido y olvidable, Fónico lanza un guiño cómplice a quienes desean más que una ensalada triste pero no pueden darse el lujo de un festín de tres horas. La apuesta es clara, se trata de un menú de tres tiempos, sabor sofisticado, precio accesible. Porque sí, el buen comer también puede (y debe) caber en la agenda de una jornada laboral. Visítalo en Salamanca 85, Roma Norte, Ciudad de México.
Este menú está diseñado para la hora de la comida —esa franja de oro entre correos urgentes y juntas eternas—, y permite saborear la propuesta contemporánea-mexicana de Billy Maldonado, chef de casa, sin sacrificar la puntualidad ni el presupuesto. Con un costo promedio de $650 pesos, el nuevo formato busca ser una puerta de entrada amable al universo Fónico.
“Queríamos ofrecer una propuesta más sencilla, más amable para las personas que tienen un tiempo reducido. Por eso elegimos el formato de tres tiempos, que además estará rotando según la temporada”, explica Maldonado.
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Cocina de mar
La edición actual lleva por nombre Sabores de Temporada: Cocina del Mar, y tiene un pie en el océano y otro en la tierra fértil de las costas mexicanas. Inspirado en ingredientes de regiones como Baja California, Oaxaca, Guerrero y Veracruz, el menú aprovecha la generosidad del mar y el carácter de los chiles y especias locales.
Entradas:
-Tostada de pescado en escabeche con mayonesa de chile serrano: fresca, picante y ácida en su justa medida.
-Chilpachole de camarón con tocino, raíz de cilantro y hojuelas de chile caramelizado: calientito y reconfortante. Si amas las sopas con punch, esta es tu entrada.
Platos fuertes:
-Extraviado adobado con ajo y chile verde, acompañado de tamal de anís y ensalada de verdolaga con panela: el tamal es un poema de texturas, y la verdolaga aporta ese verde crujiente que equilibra.
-Pozole verde de mariscos con caldo de hoja de limón y maíz cacahuazintle: un platillo que reinterpreta el clásico guerrerense. Maldonado lo explica con honestidad: “No es como que tenga un propósito fijo, simplemente me supo que el camarón, calamar y el verde iban bien juntos. Es un perfil herbal que me hace sentido”.
Postres:
Churros de cacao con nube de mamey y helado de pixtle: crujientes, ligeros, y con esa dulzura natural que no empalaga.
Crema quemada de guanábana con compota especiada de piña y helado de crema de coco: tan tropical como elegante, ideal para quienes prefieren un final menos azucarado.
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Un espacio que habla
Fónico no sólo conquista por el paladar. Su atmósfera —ideada por el arquitecto Francisco González, director de Pulido FGP Atelier— mezcla elegancia dramática con una sensación de intimidad contemporánea. El uso del negro, la entrada de luz natural y una cocina abierta visible tras un muro de cristal son parte del manifiesto estético del lugar.
“Nuestra cocina y el espacio siguen la misma filosofía: ser conscientes de dónde nace la cocina mexicana y hacia dónde va”, dice Víctor Garibay, socio y director general del restaurante.
La escalera central impone con su estructura escultórica, y cada rincón parece diseñado para el asombro discreto. Aquí no hay ostentación gratuita, sino una interpretación sofisticada de lo mexicano, sin clichés.
El perfil del chef
Nacido en Los Ángeles y criado en México, Billy regresó a Estados Unidos para formarse profesionalmente, donde su paso por cocinas de influencia francesa lo marcó. Su cocina en Fónico es fresca, directa y se apoya en productos locales, trabajados con respeto y precisión.
“Todos los ingredientes vienen de temporada y son locales. Eso dicta lo que ponemos en la carta. Todo es fresco, desde las proteínas hasta los vegetales”.
El trabajo en equipo es otro de los ejes. Incluso el maridaje se define entre la cocina, el equipo de sala y la dirección del lugar, asegurando una experiencia completa que no depende sólo del plato, sino del todo.
¿Qué más hay que probar en Fónico?
Si decides volver —y deberías— el chef recomienda tres imperdibles:
1- Tostadas de toro con chintextle y chile ancho.
2- Cochinillo con pipián de mango y jengibre.
3- Los icónicos churros, claro.
Porque aunque el menú de tres tiempos es una delicia en formato compacto, Fónico tiene una carta vasta para explorarse plato por plato, copa por copa.