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Si te sirven un vino que no conoces ¡Es mejor preguntar!

Federico ling nos da consejos para esos momentos cuando te sientes inseguro de saber si es un buen trago o no

Hace unos días asistí a una cena con amigos y algunos conocidos más de mi trabajo. Si bien yo no la organicé, me presenté a la hora acordada y tomé el lugar que me indicaron en la mesa correspondiente. En esta cena se abordaron temas de trabajo pero también de forma casual, la idea era conocer a quienes asistieron al evento (lo que llamaríamos networking, hoy en día).

El amigo que me invitó a esta cena (Esteban) sabe muy bien que el tema de los vinos es una de mis pasiones y que en mi tiempo libre me dedico a realizar catas, a enseñar clases de vino y a escribir esta columna.  


“En la mayoría de las ocasiones, por no decir siempre, estoy seguro que el Sommelier encontrará la ocasión para ayudarnos.”

Federico Ling

Por esta razón cuando el mesero sirvió el vino, Esteban se me quedó viendo dudoso, como preguntándose a sí mismo si el vino estaba bueno o no. Era un vino francés, añada 2015 de la zona de Burdeos, y que maridaba muy bien con los platillos de la noche.

Yo observé su cara de duda y me dispuse a probar el vino en la copa. Desde el momento de acercarla a mi nariz pude detectar que el vino tenía este aroma tan característico del corcho y por ende, esa botella de vino definitivamente no estaba en buenas condiciones y teníamos que reemplazarla.

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Esteban me dijo algo así como: “no estoy seguro, pero creo que el vino tiene un sabor extraño, pero quizá así sabe”. Yo confirmé que el vino, efectivamente tenía un sabor extraño porque tenía corcho y le pedí al mesero que nos trajera otra botella, de las tantas que habían abierto para la velada de esa noche (todas ellas idénticas). 

Siguiente prueba: el mesero intentó servirnos el vino nuevo en las copas viejas, a lo que yo repliqué que no era conveniente, porque incluso habiendo desechado el vino con corcho, este compuesto molecular tiene un aroma tan poderoso, que podría afectar el vino nuevo si se sirve en la misma copa de antes.

Pero para efectos prácticos le pedí al mesero que nos dejara servida una copa del vino con corcho y que nos trajera copas nuevas a todos y que nos sirviera el vino de la nueva botella en ellas

Lo anterior resultó en un gran ejercicio de comparación, porque teníamos el mismo vino (mismo productor, misma añada, etc.) pero la prueba copa con copa hizo este ejercicio muy dinámico y pedagógico para que pudiéramos comprobar cuál es el aroma de un vino con corcho de uno que no lo tiene.

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Básicamente el vino con corcho tendrá un olor y sabor a cartón mojado, mientras que el vino fresco tendrá aromas y sabores a fruta, a madera, etc. 

La lección de la noche fue la siguiente: cuando nuestro instinto nos dice que hay algo que no huele bien en nuestra copa de vino, es mejor preguntar al Sommelier y describir aquello que nos parece inadecuado.

En la mayoría de las ocasiones, por no decir siempre, estoy seguro que el Sommelier encontrará la ocasión para ayudarnos y para guiarnos para saber distinguir los distintos aromas del vino, inclusive aquellos que no son deseables, pero que nos servirá mucho para poder identificar para el futuro. Al final del día, de eso se trata y hay que aprender a confiar en nuestro instinto. 

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