Las frutas y verduras frescas son las divas que se marchitan en dos días, mientras que las congeladas son las concursantes infravaloradas que resisten todo… ¡incluso tu olvido! Sí, hablamos de esos bloques de espinacas o bayas que, lejos de ser aburridos, podrían ser los héroes nutricionales de tu dieta. ¿Pero qué tan saludable es apostar por el frío extremo? Descongelamos la verdad.
Congelar los alimentos no es un invento moderno, aunque la tecnología actual ha perfeccionado el proceso. Según la doctora Vijaya Surampudi de UCLA Health, las frutas y verduras destinadas a la congelación se procesan rápidamente tras la cosecha, lo que ayuda a preservar sus nutrientes. En comparación con los productos enlatados, que pasan por un tratamiento térmico más agresivo, los congelados retienen más vitaminas y minerales esenciales.
¡Ya estamos en WhatsApp! Recetas, comida y muchas recomendaciones culinarias podrás encontrarlas en nuestro nuevo canal. Únete aquí.
El proceso de congelación comercial implica dos pasos clave:
1- Escaldado (o blanqueado): Las verduras se sumergen en agua caliente brevemente para inactivar enzimas que podrían degradar su color, sabor y textura.
2- Congelación rápida: Se utiliza nitrógeno para evitar la formación de grandes cristales de hielo, que pueden dañar la estructura celular de los alimentos.
Te puede interesar:
- La Cuba Libre, el trago que nunca pasa de moda
- Hablando de tacos… las mejores salsas del mundo son mexicanas, según Taste Atlas
- MasterChef Celebrity: Todo lo que hay que saber de la nueva temporada


Nutrientes en juego: ¿pérdida o conservación al congelar la fruta?
Si bien el escaldado puede reducir hasta un 50% de la vitamina C, las frutas y verduras congeladas suelen cosecharse en su punto óptimo de madurez, cuando su contenido nutricional es máximo. De acuerdo con estudios citados por CNN Health, ciertos alimentos congelados como el maíz, los ejotes y los arándanos pueden incluso contener más vitamina C que sus equivalentes frescos, debido a que el oxígeno degrada los nutrientes durante el almacenamiento y transporte de los productos frescos.
Un análisis de la Universidad Estatal de Carolina del Norte también reveló que las frutas congeladas conservan mejor los compuestos vegetales beneficiosos para la salud, que pueden proteger contra enfermedades.
Asimismo, las frutas congeladas no contienen más azúcar que las frescas, siempre que no se les añadan edulcorantes. El problema surge con algunas versiones comerciales que incluyen jarabes para mejorar su sabor y textura. La recomendación es revisar la etiqueta y optar por opciones sin azúcar añadida.
Consejos para congelar correctamente frutas y verduras
Para que tus frutas y verduras congeladas sean tan nutritivas como sea posible, sigue estas recomendaciones:
-Evita las versiones con salsas o sal añadida.
-Fíjate en la textura. Un bloque sólido de alimento congelado indica que se descongeló y volvió a congelar, lo que afecta su calidad.
-Almacena correctamente. Ubícalas en la parte trasera del congelador para evitar fluctuaciones de temperatura.
-No las sobrecuezas. Cocina las verduras al vapor o en microondas para preservar sus nutrientes.
-Aprovecha los cítricos. Unas gotas de limón pueden compensar la pérdida de vitamina C durante el escaldado.
Si puedes consumir tus frutas y verduras frescas en un plazo corto, adelante. Si necesitas prolongar su vida útil y conservar sus nutrientes, el congelador es tu aliado. Y si alguien te mira raro por llenar tu carrito con bayas y espinacas congeladas, solo diles que estás en una misión por la nutrición inteligente.