Sabemos que no te gusta pasar mucho tiempo cocinando, y esas deliciosas cajas de comida para llevar parecen la solución perfecta. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué más estás “comiendo” además de esa suculenta pizza o noodles al curry? Resulta que no son solo las calorías lo que importa. Un reciente estudio ha revelado que los envases en los que transportamos nuestros alimentos podrían estar sirviéndote un cóctel de sustancias químicas sin que lo sepas. Así es, hasta un 25% de las sustancias químicas en estos envases terminan en tu cuerpo. Sorpresa, ¿verdad?
De las 14.000 sustancias químicas identificadas en envases de alimentos, al menos 3.600 han sido detectadas en seres humanos, según un estudio publicado en el Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology. Entre ellas, destacan metales pesados, compuestos orgánicos volátiles, PFAS y ftalatos, que han sido asociados con problemas serios de salud, como la disrupción endocrina y algunos tipos de cáncer. ¿Qué tal esa cucharada extra de preocupación?
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Sustancias para llevar
Lo más interesante es que no solo los envases plásticos son los culpables. El papel y el cartón reciclado, a pesar de su imagen “eco-friendly”, también contienen tintas y otras sustancias que no deberían estar en contacto con tus alimentos. Según Jane Muncke, directora científica del Food Packaging Forum y autora del estudio, “los peores envases suelen ser los de papel y cartón reciclado”, ya que los procesos de reciclaje no eliminan adecuadamente todas las sustancias químicas.
El estudio no se queda solo en señalar el problema, también nos da una advertencia importante: el calentamiento de alimentos en sus envases originales puede empeorar la situación. Las altas temperaturas aceleran la transferencia de estas sustancias químicas a los alimentos. Así que piénsalo bien antes de meter tu almuerzo en su envase de plástico al microondas, mejor busca un plato.
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¿Qué pasa cuando estas sustancias llegan al cuerpo?
Las muestras de sangre, cabello e incluso leche materna analizadas en este estudio mostraron que varias de estas sustancias químicas están ya circulando en nosotros. Esto incluye 194 químicos que fueron detectados en estudios de biomonitoreo, de los cuales 80 tienen propiedades de riesgo de gran preocupación. Sin embargo, todavía no se ha investigado a fondo el impacto de estas sustancias en la salud a largo plazo, lo que deja una puerta abierta para investigaciones futuras que podrían cambiar por completo la manera en que regulamos los envases de alimentos.
Mientras tanto, algunas industrias defienden la seguridad de sus productos. Erich Shea, del Consejo Estadounidense de Química, asegura que los materiales son analizados rigurosamente antes de su uso. Sin embargo, el estudio deja claro que las regulaciones actuales pueden no ser suficientes para protegernos completamente.
¿Qué podemos hacer?
A corto plazo, podríamos evitar calentar alimentos en envases de plástico y preferir opciones de almacenamiento más seguras, como vidrio o acero inoxidable. Además, consumir alimentos frescos o no procesados también podría reducir la exposición a estas sustancias. Y aunque los envases reciclados suenan bien para el planeta, aún debemos asegurarnos de que lo que usamos sea seguro para nuestra salud.
El estudio sugiere que necesitamos mejorar las regulaciones sobre los materiales que están en contacto con los alimentos. La buena noticia es que ya existe un inventario de estas sustancias, lo que podría facilitar futuras investigaciones y regulaciones más estrictas para proteger a los consumidores.