Hoy en día cuando pensamos en chocolate, casi con certeza vendrá a nuestra cabeza alguno de los chocolates que se venden en las tiendas de conveniencia y supermercados los cuales están fabricados a partir de ingredientes altamente procesados. Poco o casi nada tiene en común un buen chocolate con esos snacks, que si bien poseen el color típico del chocolate, en su interior se componen mayormente de azúcar y una larga lista de ingredientes de difícil pronunciación y cuyo origen no es el campo fértil de alguna selva trópical, sino un frío laboratorio.
Pues bien, si en efecto, lo que te viene a la cabeza al pensar en un chocolate, son este tipo de productos, con toda seguridad te será imposible pensar que la mezcla entre chile y cacao, se ha dado desde tiempos prehispánicos y que además era considerada un manjar. Hace algunos años se consideraba una mezcla de sabores atípica, pero hoy en día cada vez son más los lugares en donde podemos experimentar esta combinación deliciosa.


Te puede interesar:
¡No todo es nacional! ¿Cómo reconocer auténticos chiles poblanos mexicanos?
Qué es el falso guacamole y por qué no debería ser llamado así
Salsas que no pican: Una invitación a resistir ante la gentrificación
¿Desde cuándo se hace esta mezcla y quién fue su creador?
Te sorprendería saber que el hallazgo más antiguo en México de consumo de chile por el ser humano, fue gracias al cacao. ¿Cómo pudo ser así?
Te cuento, en lo que hoy es la zona arqueológica de Chapa de Corzo en el estado de Chiapas, se localizó un jarro de barro, de forma alargada y con manijas para sujetarlo por ambos lados, era evidente que se utilizó para servir bebidas y probablemente consumirlas directamente del mismo. Los arqueólogos supusieron que era un jarrón tradicional para servir bebidas a base de cacao, y pensaron que sería interesante conocer su antigüedad como para alimentar los resultados de la investigación en la zona arqueológica. Pues en efecto, dicho artefacto fue objeto de múltiples estudios para poder saber más él.
¿Los resultados? No se encontraron rastros de cacao, se pensó que quizás el tiempo había eliminado cualquier rastro orgánico que diera indicio de que alguna vez hubo cacao dentro.
Sin embargo, esto estaba lejos de ser lo más importante y más impresionante que se encontró. Resulta que si bien no se encontró rastro de cacao, sí apareció algo impensado: capsaicina.
La capsaicina es un elemento capaz de dejar su rastro durante mucho tiempo debido a su resistencia y poca disolución, tanto en calor como en agua, cualidad que hizo posible lograr encontrar rastros de la misma en un jarro tan pero tan antiguo.


Y si había capsaicina es porque ahí hubo chile alguna vez. Y sí, por lo que se sabe lo más probable es que fuera una bebida elaborada con cacao y chile. Resultó que el jarrón de barro en cuestión databa de unos 5000 años atrás, es decir aproximadamente entre el 3,500 y 3,000 años antes de Cristo. Inmediatamente se convirtió en uno de los vestigios de uso de chile para el consumo humano más antiguo de nuestro país. Es decir, si hay algo que para nada es nuevo y que ha pasado la prueba de calidad y sabor hasta nuestros días, es justamente esta maravillosa mezcla entre cacao y chile.


“Cada vez más restaurantes y chocolaterías han incluido esta combinación en sus menús, usualmente en bebidas y bocadillos”
— Fernando Dávila
Volviendo a nuestros días, afortunadamente cada vez más restaurantes y chocolaterías han incluido esta combinación en sus menús, usualmente en bebidas y bocadillos; por lo que si eres de los que aún no se aventuran a probar, lo hagas la próxima vez que tengas la oportunidad.
Si eres de los que les gusta preparar sus propios experimentos en casa, o si sales poco, tampoco hay excusa; puedes hacer tus propios chocolates con chile siguiendo estás sencillas recomendaciones. Utiliza chocolate amargo o semiamargo, entre 70% y 60% cacao sería ideal, y no, este no va a ser un chocolate dulce, aquí el azúcar va a ser un elemento secundario. Ya que tengas tu chocolate para derretir, te recomiendo mezclarlo con dos chiles secos en particular, chile ancho y chile pasilla. Prueba añadiendo un poco chile molido a la mezcla, o bien, una vez que viertas el chocolate derretido en algún molde, espolvorea un poco de chile molido encima. Incluso si deseas jugar con las texturas, no lo hagas con chile molido sino martajado o en hojuelas, me agradeces después. Así que ahora ya lo sabes, te invito a unir estos dos ingredientes hermanos para seguir escribiendo esta historia inseparable.
Sigue a Fernando en redes sociales y comenta esta columna. Lo encuentras en @thechiliculture