Aquellos que están muy enamorados y empiezan a notar “cosas”, el amor podría estar jugándoles una mala pasada con la báscula. Si sientes que tu cintura se expande al ritmo de tu relación, no estás solo. De hecho, la ciencia tiene algo que decir al respecto.
Es un fenómeno documentado, cuando las personas entran en una relación estable, su peso tiende a aumentar. No es que el “te amo” venga con una orden de papas a la francesa, pero algo pasa. Salidas a restaurantes, antojos compartidos, maratones de pelis con botana en mano… y, claro, el clásico “ya no tengo que impresionar a nadie”.
Investigadores australianos de la Universidad Central de Queensland analizaron a más de 15,000 personas durante nueve años y concluyeron que quienes están en pareja tienden a ganar más peso que los solteros. Según la autora principal del estudio, Stephanie Schoeppe, esto podría deberse a que las parejas ya no sienten la necesidad de impresionar a posibles pretendientes. “Cuando las parejas se establecen, pueden sentirse más cómodas comiendo más o incluyendo más alimentos con alto contenido de grasa y azúcar en su dieta”, explica.
¡Ya estamos en WhatsApp! Recetas, comida y muchas recomendaciones culinarias podrás encontrarlas en nuestro nuevo canal. Únete aquí.
Pero el fenómeno va más allá. José Alfredo Contreras Valdez, académico de la Facultad de Psicología, afirma que las emociones y la comida están estrechamente relacionadas. “Algunas personas emplean la ingesta de alimentos como un medio para manejar el afecto, tanto negativo (estrés, frustración) como positivo (alegría). Esto puede ocasionar, a largo plazo, un aumento de peso en algunas personas”, explica.
Hábitos compartidos y comodidad entre pareja
Los hábitos alimenticios cambian en pareja. Las salidas a comer, las cenas románticas con postre obligatorio, los desayunos de fin de semana con chilaquiles y café… Sin darnos cuenta, normalizamos ciertos excesos que no teníamos cuando estábamos solteros.
Además, según la Encuesta XLS Medical de 2015, el promedio de aumento de peso en pareja es de 4.5 kilos desde el inicio de la relación hasta que esta se consolida. La investigación también señala que comer de manera compulsiva, hacer menos ejercicio y dormir menos son factores clave en este aumento de peso.
Por otro lado, el “efecto espejo” también juega un papel importante. Es decir, si tu pareja tiene malos hábitos alimenticios, es probable que los adoptes sin darte cuenta. El doctor Albert Goday, especialista en endocrinología, confirma que existe cierta “afinidad en las parejas”, por lo que si uno sube de peso, el otro también podría hacerlo. Pero ojo, el mismo principio se aplica a hábitos saludables, si uno comienza una dieta equilibrada, el otro también podría beneficiarse.
Te puede interesar:
- Gomitas y paletas con pulpa de fruta; cómo hacer de estos snacks dos opciones saludables
- Tianguis Turístico 2025: Baja California saca el mantel largo (y los tacos de pescado)
- Cómo mantener la cerveza bien fría y con grandes beneficios
El amor también es saludable
Aunque el “efecto amoroso” puede traer kilos extra, también puede ser una gran motivación para adoptar un estilo de vida más saludable. Un estudio publicado en la International Journal of Obesity reveló que cuando una persona comienza una dieta saludable, su pareja también tiende a beneficiarse de los cambios. Esto es conocido como “efecto halo”.
Así que, si bien las cenas indulgentes pueden acumularse en la báscula, también puedes aprovechar el amor como impulso para mejorar tu alimentación y actividad física. Hacer ejercicio juntos, cocinar comidas equilibradas y motivarse mutuamente pueden ser claves para evitar el temido “aumento del amor”.
Dicho esto, enamorarse no es una condena al aumento de peso, pero sí es un recordatorio de que nuestros hábitos pueden cambiar cuando estamos en pareja. La clave está en encontrar el balance, disfrutar de las comidas juntos sin descuidar la salud.