El simbolismo de los elementos que conforman la ofrenda del Día de Muertos, es compartir con los difuntos pan, frutas y manjares culinarios que tanto disfrutaban en vida, pero hay un par de ingredientes que definitivamente no pueden faltar: el agua y la sal. Estos son dos simbolismos que vale la pena profundizar.
Según la página del Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (Inpi), estos elementos juntos presentes en la ofrenda de Día de Muertos representan un equilibrio entre elementos que purifican y revitalizan, creando un ambiente sagrado para recibir a los espíritus y honrar su memoria. A continuación te decimos qué simbolizan.
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Agua
Calma y purificación: Simboliza la pureza del alma y sirve para calmar la sed de los espíritus después de su viaje desde el más allá, ya que se cree que el recorrido es largo y pueden llegar sedientos.
Elemento de vida: El agua es un símbolo de vida y fertilidad en la cosmovisión mexicana. Representa la vida que continúa y se renueva, y recuerda que todos los seres vivos dependemos de ella para existir.
Reflejo espiritual: En algunas tradiciones, el agua también simboliza la reflexión y la paz interior, elementos importantes para el tránsito de los espíritus.
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Sal
Purificación y protección: La sal se usa para limpiar y purificar el alma de los difuntos y protegerlos de influencias negativas en su viaje. Actúa como un escudo que los preserva durante su visita.
Elemento de conservación: La sal ha sido un conservante natural en muchas culturas, y aquí su función es simbólicamente similar: preservar y proteger las almas, ayudándolas a mantenerse puras en su tránsito.
Cada uno de estos elementos, en conjunto, crea un espacio de respeto, amor y recuerdo, que invita a los espíritus a regresar a casa y a los vivos a mantener su memoria viva en una celebración única.