Por Javier Guerrero
El charal es una de las especies encontradas frecuentemente en los lagos de Michoacán, como Cuitzeo y Pátzcuaro, y que han formado parte de los platillos típicos del estado pero ¿has pensado que se podría probar una nieve de este pez?
Esto lo cuenta a El Sol de Morelia, José Martín, quien lleva dedicándose a la elaboración y venta de helados de pasta a base de este ejemplar; los cuales conservan sus propiedades nutricionales como el calcio y el Omega 3.
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“No lleva ningún saborizante ni concentrado, lleva el charal en sí. Tiene todas las propiedades y nuestra idea es que pueda llegar a los hospitales, principalmente, a niños que no pueden comer ciertos alimentos, por lo que esta nieve es más fácil de digerir“, informa.
El modo de preparación es el siguiente: se retira la cabezas y se limpian las partes negras para que no tenga un sabor amargo que sea desagradable al paladar. Porteriormente, hay que tostarlo y, una vez que está en su punto, molerlo totalmente.
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Después hay que agregarle la mezcla a la base de leche para lograr la combinación entre lo salado del pescado pero sin descuidar la parte dulce de este postre mexicano; proceso que dura por lo menos una hora y media, señala.
Al tener un sabor tan peculiar, indica que, si bien es para todas las personas, es preferida por aquellos que disfrutan de comer mariscos y pescados “porque si a alguien que no consume pescado, no le va a gustar la nieve”.
Michoacán se encuentra en el primer lugar de producción de charal con más de siete mil toneladas anuales, mismas que se utilizan para incluso crear harina y sal; a este le siguen Jalisco, Estado de México, Guerrero y Campeche.
Además de los dos nutrientes ya mencionados, también son ricos en fósforo, hierro, magnesio, niacina, potasio y yodo; así como en vitaminas A, B, C y E que ayudan al desarrollo del sistema nervioso, según la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
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