Por Erika Reyes
Se aproxima la Nochebuena, en vísperas de la Navidad y en México celebramos el suceso en armonía familiar con una cena simbólica, llena de aromas y sabores, a la vera del árbol para celebrar el nacimiento del Niño Jesús.
Cada plato que compartimos en compañía de nuestros seres queridos encierra un significado especial, en su mayoría litúrgico, aunque algunos otros solo son símbolo de nuestro mestizaje y son imprescindibles en estas fiestas como los chipotles navideños y los ayocotes, característicos de la gastronomía poblana.
Durante la celebración de Nochebuena se rompe una piñata porque es la última posada y después de medianoche, cuando ya nació el Niño Jesús, las familias se reúnen para arrullarlo con dulces cánticos.
Hoy la mesa está servida. Acompáñanos a conocer el significado de las viandas que acompañan la Cena de Nochebuena y disfrutarlos para recibir al Hijo de Dios.
El significado de la cena de Nochebuena
Pavo Navideño. Símbolo de riqueza y prosperidad. Es el platillo más popular de éste día, y contrario a nuestra creencia es de origen prehispánico, es el guajolote. Fue introducido en la corte española por los conquistadores como “gallina de las indias” y se le nombró “pavo” por su parecido con los pavos reales de Asia. Por su gran tamaño y la exquisitez de su carne blanca, sustituyó al ganso. Así levantó popularidad entre la realeza y nobleza europea. Era considerado un manjar de reyes.
Aquí el guajolote siempre fue muy apreciado entre los aztecas y se comía en cualquier mole pero cuando los conquistadores llevaron a cabo la evangelización, lo cocinaban y ofrecían a su congregación para celebraciones religiosas importantes, como la Navidad, de ahí la tradición del mexicano de comer pavo en éstas fechas.
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Relleno del Pavo. El relleno tradicional lleva carne molida, almendras, pasitas, aceitunas, alcaparras, vino blanco y otros ingredientes. La verdad es que cada quien lo prepara a su gusto, pero lo que no puede faltar y tiene que contener es “tomillo”, hierva que en la creencia de la época fue utilizada para cubrir el pesebre en el que nació Jesucristo.
Romeritos con tortitas de camarón. Símbolo de guardar. La tradición de comer romeritos en Nochebuena tiene sus orígenes en el virreinato. En la Colonia era “obligatorio guardar vigilia” durante la Nochebuena y ante la imposibilidad de servir en la mesa el tradicional guajolote que se reservaba para el 25 de diciembre, se empezaron a incorporar hiervas como los romeritos y pescados, como el bacalao.
Desde aquellos tiempos los romeritos se servían en mole como ahora, con nopalitos y papa, y se acompañaban con “hueva de chinche acuática” de los lagos de Texcoco, que fue lo que antecedió a las tortitas de camarón seco.
Bacalao. Símbolo de guardar. En el siglo XVI, el bacalao llegó a México porque era de los pocos alimentos que se podían transportar en los barcos sin que se echara a perder. En ésta época los colonizadores practicaban el ayuno en Semana Santa y Nochebuena. Se volvió tradición como platillo para esta celebración porque lo empezaron a mantener en conserva, curado. Actualmente se sigue preparando igual: a la vizcaína o entomatado.
Ensalada Navideña. Símbolo de abundancia y vanidad. La ensalada navideña tiene sus raíces en el México de la Colonial, era conocida como “La Ensalada” y era común prepararla para recibir a los virreyes en las grandes comilonas como la Navidad. Las tonalidades de los componentes que la integran resultan muy vistosas, se asemejan al colorido de la piñata.
Buñuelos. Es un postre que surge en España en el siglo XIV. La antigua usanza indígena dice que los buñuelos se deben de colocar en platos de barro, rociarse con miel de piloncillo o anís y al terminar de comerlos se debe arrojar el plato a la calle. Esto simboliza “la llegada de una vida nueva al amparo del amor y la felicidad”, nacimiento de Jesús.
Bastón de Caramelo. Vetado en rojo y blanco su origen alemán se remonta al siglo XVIII y tiene gran simbolismo cristiano. La parte blanca simboliza la pureza de Jesucristo. Las tres franjas rojas representan al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La franja roja más gruesa es la sangre que Jesús derramó por nuestros pecados. La forma del bastón es la inicial de Jesús.
Dulces Navideños. El origen de la tradición de comer dulces en navidad es desconocido, el religioso apunta a que durante la celebración de Navidad y la Epifanía de los Reyes Magos en las comunidades no se comía carne y por eso elaboraban alimentos a base de trigo, que simbolizan la “comunión con Cristo”.
Dicen también que pudieron haber surgido en épocas de epidemias donde los alimentos perecían y era necesario elaborar productos más duraderos, como el mazapán, en este caso simbolizan “bendiciones”.
Como sea al ingrediente principal del trigo se le fue añadiendo otros como miel, vainilla, almendra, nuez, cacahuate, chocolate, fruta seca, etc. Y ahora tenemos un sinfín de dulces navideños como semillas cubiertas con caramelo, turrones, mazapanes, galletas de jengibre, fruta seca y confitada, etc.
Aguinaldo. Símbolo de agradecimiento y buenos deseos de año nuevo. Los tradicionales traen frutas como caña, jícama y tejocote, mezclados con cacahuates y dulces de colación.
Piñata. Símbolo de la lucha entre el bien y el mal que siempre es destruido. Sus orígenes son prehispánicos. Es una estrella con 7 picos que representan los pecados capitales. El palo de madera con el que se le pega representa a la fuerza de Dios para vencer la tentación. Los niños son vendados para representar la fe ciega y antiguamente se les daba 33 vueltas como representación de los años que vivió Jesús. Cuando se rompe la piñata caen dulces y frutas que simbolizan las bendiciones que dios nos da por vencer el pecado.
Árbol. Los árboles son los representantes más nobles del reino vegetal y su danza al viento manifiesta la alegría de todo lo creado por Dios. Su forma triangular hace referencia a la Santísima Trinidad y su naturaleza perenne representa la vida eterna.
Ponche. Surge también a través del mestizaje y dio como resultado una deliciosa infusión de frutas. Este no tiene simbología pero no puede faltar en éstas fiestas decembrinas ya que nos permite conservar una buena temperatura corporal para aguantar el frio de invierno y más si se toma un buen “ponche con piquete”.
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