Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el precio más alto del kilogramo de tortilla de maíz se encuentra en la Tortillería R. Maya, ubicada en la colonia Cinco de Mayo, en Hermosillo, con un costo de 32 pesos. Pero no está sola en esta cúpula del maíz dorado, otras tortillerías en las colonias San Benito, Balderrama y Olivares también ostentan el mismo precio. Además, una conocida cadena de supermercados locales mantiene el kilo de tortilla en 31.90 pesos, lo que confirma que este alimento esencial se ha convertido en un bien cada vez más costoso para los hermosillenses.
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De acuerdo con testimonios de empleados en estas tortillerías, el precio ha permanecido estable en torno a los 30 pesos desde hace al menos dos años. Gabriela Rivera, encargada de la Tortillería R. Maya, explicó que el precio se establece con base en la revisión semanal de verificadores de Profeco, por lo que el señalamiento de su negocio como “el más caro” les resultó incomprensible. “Nosotros tenemos como dos años con el precio de 32 pesos el kilo, por lo que el subir el precio lo indica la Profeco. Desconocemos a qué se debió ese señalamiento, cuando hay otras tortillerías con el mismo precio, o los mismos clientes nos dicen que hay otras partes donde está más cara”, declaró Rivera.
El panorama no mejora para quienes manejan taquerías en la ciudad, donde se ha reportado un aumento generalizado en los insumos. La llamada “tortilla especial”, más gruesa y resistente para tacos, ronda los 34 pesos el kilo, mientras que la tortilla para barbacoa, que se vende en paquetes de 80 piezas, alcanza hasta los 50 pesos.
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Afecta a las familias y taquerías
Raymundo Ortiz, taquero con más de tres décadas en el oficio, compartió que los incrementos en insumos como carne, verduras y desechables han sido constantes. “Nosotros hemos visto un aumento hasta del 40% en la tortilla en los últimos años, pero también ha subido todo lo demás”, señaló Ortiz. A pesar de ello, ha decidido mantener el precio de sus tacos en 55 pesos para no afectar la afluencia de clientes. “Si subimos el precio de los tacos, mucha gente deja de venir. Por eso tratamos de ajustar costos sin que afecte la calidad”, agregó.
El encarecimiento de la tortilla impacta directamente en la economía familiar, especialmente en Hermosillo, donde este alimento es indispensable en la dieta diaria. La combinación del aumento en el maíz, energía eléctrica y otros costos operativos ha empujado este incremento.
Mientras tanto, los consumidores enfrentan un dilema, seguir disfrutando de sus tacos favoritos o ajustar sus gastos para no salirse del presupuesto. Lo cierto es que en Hermosillo, la tortilla ya no es solo un símbolo de identidad gastronómica, sino también un indicador del aumento en el costo de vida. ¡La tortilla no se toca… pero sí se paga!